Por increíble que parezca, los arqueólogos son capaces de dibujar bajo el agua. Esta es una de las técnicas utilizadas para poder conocer la historia que ha quedado sumergida. Se trata de la herramienta más tradicional, tal como explicaban miembros del equipo de la Universidad de Alicante.

Actualmente, en la arqueología subacuática se está experimentando la evolución hacia métodos más tecnologías como la fotogrametría, que también se utiliza en los trabajos que se llevan a cabo en el pecio Bou Ferrer esta semana. Esta técnica consiste en delimitar una zona del yacimiento y tomar diferentes fotografías que, posteriormente y a través de un tratado digital, permiten representar en tres dimisiones los restos u objetos a estudiar en lo que se denomina «ortofoto». Este método permite a los arqueólogos obtener imágenes más exactas de los restos sumergidos aunque desde la UA explican que es conveniente dominar ambas técnicas para lograr una buena interpretación del objeto a estudiar.