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Benidorm

Denuncian el abandono de un edificio de VPO del Consell para jóvenes

Los residentes critican la suciedad y los desperfectos que se acumulan en las zonas comunes

Denuncian el abandono de un edificio de VPO del Consell para jóvenes

Zonas comunes que no se limpian, puertas de acceso al edificio o al garaje que no cierran, bombillas que se funden y no son sustituidas, falta de extintores o un sistema antiincendios que nunca ha funcionado correctamente. Éstos son algunos de los desperfectos con los que tienen que convivir diariamente los inquilinos de las 42 viviendas sociales para jóvenes de la única promoción de VPO de este tipo desarrollada por la Generalitat en Benidorm, que en poco más de tres años han pasado de representar un sueño para sus arrendatarios a una auténtica pesadilla.

Con cuatro años de retraso sobre la fecha inicialmente prevista, el entonces Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) entregó las llaves de estos apartamentos a sus adjudicatarios en octubre de 2012. Entonces, el acceso a estas viviendas representó para todos ellos una oportunidad única para volar del nido en el hogar familiar e iniciar una nueva vida emancipados. Pero desde muy pronto comenzaron los problemas. Según explican algunos de los afectados, los desperfectos comenzaron a surgir prácticamente desde el principio, tanto en el interior de los pisos como, principalmente, en las zonas comunes. Basta con un ejemplo de peso.

Las puertas antiincendios de acceso a los ascensores están rotas desde el día siguiente a la entrega de llaves. Lo mismo ocurre, también, con las manivelas de acceso a estas puertas o con las humedades que se filtran a una de las plantas del garaje. Nunca se han reparado, a pesar de que los residentes han reclamado su arreglo en reiteradas ocasiones a la empresa pública de la Generalitat encargada de mantener el edificio: Entidad de Infraestructuras (EIGE).

El precio del alquiler para poder residir en uno de estos pisos asciende a 234 euros mensuales, a los que se suman otros 60 de comunidad, además de los gastos generales y otros a los que también han de hacer frente, como la basura o el recibo del IBI, a pesar de no ser propietarios. Sin embargo, en vista del deficiente estado del inmueble, los vecinos se preguntan dónde van a parar los 720 euros anuales que abonan en concepto de comunidad, dado que carecen de jardines u otras zonas comunes y el mantenimiento brilla por su ausencia.

Un indigente en el garaje

Junto a suciedad, descansillos completamente a oscuras porque no se sustituyen las bombillas, puertas y cerraduras que no funcionan, grafitis en los muros, falta de un vallado en condiciones -la valla que hay actualmente la instaló el Ayuntamiento, que también se encarga por voluntad propia de la limpieza de la zona donde debían tener un pequeño jardín-, otra de las deficiencias que ha llevado a los vecinos a denunciar públicamente la situación es el estado del garaje. La puerta principal lleva meses rota y, según los afectados, durante un tiempo sirvió como refugio nocturno de personas indigentes. Hace escasos días, el coche de una inquilina amaneció totalmente rayado, porque la oscuridad del garaje y la cercanía con un descampado hacen que los actos vandálicos sean demasiado frecuentes.

Los jóvenes, que se han agrupado en una asociación, exigen a la EIGE que lleve a cabo una reparación integral y no se limite a poner «parches» como hasta ahora.

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