El pasado se apoderó en la madrugada de este jueves de la Villa de las Joyas, «la más preciada de todas las coronas» para los conquistadores de Oriente. Desde la medianoche comenzó a vivirse el espectáculo al que acudirían miles de personas horas más tarde. Ante la alerta de la invasión mora, el ejército cristiano descendió hasta las arenas de la hoy llamada playa del Centro de La Vila. Decididos a defender la fortaleza y la villa, los valerosos cristianos se lanzaron al mar para intentar disuadir el avance de los de la media luna. El apoyo de Piratas Corsarios y Contrabandistas, presentes ayer en la arena, no fue suficiente.

Con los ojos vendados y entre banderas cristianas, el emisario moro es llevado ante los reyes cristianos. «Paz o guerra, tu decides» espeta al monarca el enviado del sultán. «¡Guerra!, ¡guerra!, ¡guerra!», gritaron las tropas y a continuación el Rey. Puntualmente se dio la alarma y se recrudeció la batalla. El atronador disparo de los trabucos y cañones no cesó, como tampoco lo hicieron los fuegos artificiales que se podían ver en el mar y en la playa, que hasta descubrieron la imagen de la patrona. Pese a los ingentes esfuerzos de los defensores de Santa Marta, la treintena de barcos sarracenos alcanzaron la costa y cientos de soldados se lanzaron a la conquista de La Vila en un nuevo Desembarco.

El segundo capítulo de este impresionante despliegue que revive uno de los pasajes clave en la historia de la villa marinera se produjo minutos después a los pies del Castillo. Una impecable Embajada Mora desveló las intenciones de los de la media luna, sumar La Vila a su imperio. Enfrente encontraron a los honestos y valientes cristianos, que rechazaron la ofensa de los fieles de Alá y le encomendaron a marcharse de la villa. Aún así, la bandera mora ondeó en la fortaleza.

El acto más importante de las fiestas de Moros y Cristianos de La Vila, reconocidas como de Interés Turístico Internacional, se desarrolló sin incidencias, según confirmaron desde el Ayuntamiento.

Tras la intensa jornada de madrugada, los festeros tuvieron una nueva cita por la tarde, en la Reconquista cristiana. El combate cuerpo a cuerpo entre ambos bandos frente al Castillo cautivó a vecinos y turistas que viven desde el pasado domingo las fiestas.

Como dicta la historia, los cristianos recuperaron el Castillo y, posteriormente tuvo lugar el acto de Acción de Gracias a la patrona. El disparo de las 21 salvas de honor a cargo de la Artillería Cristiana anunció el día de Santa Marta y puso punto final a una de las jornadas más intensas y emocionantes para los vileros.