Una exhibición de fuerza y puesta en escena de las costumbres y de la vida en la ciudades árabes. El Rey, José Vicente Adam Camarasa, cerró la Entrada Mora en una elegante y soberbia carroza plateada ante la atenta mirada de miles de vecinos, festeros y turistas que ayer se acercaron a La Vila para disfrutar del trabajo de las once compañías de la media luna.

Alrededor de 5.000 festeros participaron en la Entrada en este segundo día de fiestas patronales de Moros y Cristanos en la localidad. El dentista, el barbero o el cuenta-cuentos fueron algunos de los personajes que conformaron el boato del Rey, escenificado por la compañía Moros Pak-kos y en el que no faltaron hasta burros. En él también se pudo ver al ballet d'Ana Botella representando «La fuente de la vida», una impecable coreografía acompañada por una carroza que emulaba brotar el agua. Las entrañas del palacio y sus jardines permitieron descubrir las carrozas de la Reina y sus hijos y, posteriormente la del Rey.

Este fue el momento más esperado por el público, reunido a lo largo de la calle Colón, la avenida del País Valencià y en la plaza Generalitat. No obstante, cada una de las compañías que precedieron al Rey no decepcionaron y conformaron un gran desfile, a la altura de estas fiestas, declaradas de Interés Turístico Internacional.

La tamborrada del grupo de percusión del centro ocupacional Les Talaies inició el recorrido ante los múltiples aplausos del público, una imagen que se repetirá hoy, en la Entrada Cristiana. A continuación, la solemnidad de la compañía Guardia Negra inció la marcha del bando moro. La numerosa compañía Beduinos fue la siguiente en desfilar, con su capitán a pie junto a su escolta. La singular marcha de los Barberiscos no dejó indiferente al público, como tampoco lo hizo la carroza de su capitán. Los camellos aparecieron en la plaza Generalitat con la compañía Tuareg, un preludio para la impotente entrada de su capitana.

El despliegue de los miembros de Moros del Riff también impactó a los espectadores y los tambores marcaron la aparición en La Vila de la compañía Negres. Seguidamente, el ballet dio la bienvenida a la carroza del capitán de la Artillería del Islam, que se llevó largos aplausos del público. Un «sin fin» de colores protagonizó la participación de los Moros de Capeta mientras que la escenificación del mercado árabe vino de la mano de la compañía Moros Marcaders. Finalmente y minutos antes de que irrumpiera en el desfile el Rey y los Moros Pak-kos, la Artillería Mora lució sus imponentes y tradicionales vestimentas rojas y negras.

La música no cesó en ningún momento en las más de dos horas que duró la Entrada y un año más el poder de la media luna cautivó al público. «El Rey y los Moros Pak-kos han estado espectaculares», afirmó el presidente de la Asociación Santa Marta, Pepe Llinares Pérez, encargada de organizar las fiestas. «Quiero agradecer a las compañías moras su enorme trabajo y esfuerzo y a la vez a todos los festeros por su impecable comportamiento en la Entrada», subrayó Llinares.

Las fiestas continuarán esta noche, con la Entrada Cristiana a partir de las 21 horas. Mañana tendrá lugar el Alijo de Contrabandistas y Piratas Corsarios y la Embajada de los de la cruz.