Unas vacaciones que podrían haber acabado en tragedia, de no ser porque todos los factores se aliaron en su favor. Un niño de cuatro años salvó ayer la vida en Benidorm tras caer desde la ventana de un cuarto piso de un edificio del barrio de La Cala y quedar colgado de las cuerdas de un tendedero de la planta inmediatamente inferior, a unos quince metros de altura del suelo.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 15.30 horas, en los Apartamentos Brasilia, ubicados en la avenida de Vicente Llorca Alós, en primera línea de la playa de Poniente, cuando el menor, que según fuentes policiales padece autismo, se precipitó accidentalmente desde una ventana de la vivienda donde se encontraba pasando las vacaciones con su familia, procedente del País Vasco. Las cuerdas del tendedero del piso inferior actuaron como «salvavidas», aunque toda la situación generó la alarma de buena parte del vecindario.

El portero del edificio colindante fue quien dio la voz de alarma con una llamada al 112. Tras escuchar el aviso, dos policías locales de la sección de Playas que estaban realizando un servicio rutinario en las inmediaciones de este inmueble, se desplazaron rápidamente hasta el lugar de los hechos al rescate del menor. Los vecinos de la finca habían colocado colchones, colchonetas y mantas, ante el temor de que en cualquier momento el niño pudiera caer al vacío, dado que, según relataron algunos testigos, «tenía medio cuerpo dentro del tendedero y el otro medio, fuera».

Un mazo para abrir la puerta

A los dos agentes de Playas, se sumaron otros dos policías locales del grupo de Atestados. Tres de ellos subieron hasta la tercera planta del edificio, mientras que el cuarto se quedó abajo. Ayudados con un mazo, la emprendieron con la puerta blindada de la vivienda de cuyo tendedero colgaba el niño, que en estas fechas está deshabitada, al pertenecer a una familia que se encuentra en Reino Unido, por lo que era imposible localizarla.

Tras conseguir echar abajo la puerta, los policías actuaron de manera casi acompasada para subir las persianas y coger rápidamente al menor, para así evitar que pudiera asustarse y hacer algún movimiento que le hiciera caer. Por fortuna, el rescate se produjo sin que el niño sufriera ni un rasguño, aunque la ambulancia del SAMU desplazada hasta la zona prestó atención en el lugar de los hechos tanto al menor como a la madre, que se encontraba muy nerviosa por lo ocurrido, agregaron las mismas fuentes.