Casi un centenar de miembros de la comunidad educativa del colegio público Puig Campana de Benidorm se concentraron ayer a las puertas del centro para reclamar su derecho a poder optar por implantar la jornada continua el próximo curso, una elección que desde la Conselleria de Educación les han denegado por disponer de un aula experimental para niños de Infantil de 2 años. Como ya avanzó la pasada semana este diario, el departamento autonómico que dirige el conseller Vicent Marzà ha dejado fuera de poder optar al nuevo horario a todos los centros que cuenten con estas unidades de P2, afirmando que son incompatibles con la jornada intensiva, pero sin ofrecer ninguna otra explicación.

Esta orden de Educación provocó desde el minuto uno una rebelión entre los colegios afectados, entre ellos el Puig Campana de Benidorm o el Rafael Altamira de El Campello, que consideran una «discriminación» que se les limite la posibilidad de optar a dar clases de 9 a 14 horas, como sí van a poder elegir el resto de centros.

De hecho, a pesar de que la conselleria ya les ha comunicado que no les permitirá esta opción, el Puig Campana ha presentado su propio proyecto de jornada continua, al igual que otros diez centros públicos de Benidorm, y el mismo ha sido ya validado por el Consejo Escolar Municipal, por lo que, inicialmente, cumpliría con todos los requisitos exigibles, a excepción de esta aula experimental. Ahora, la decisión final está en manos del Consell.

Previamente a la concentración, donde los asistentes ondearon una pancarta con el lema «Centres amb aula de 2 anys dret a jornada contínua», el equipo directivo del colegio expuso a los padres el proyecto que habían presentado ante la conselleria y explicaron que se ha solicitado una reunión con el director general de Política Educativa de la Generalitat, Jaume Fullana, para mostrar su descontento con esta decisión y reivindicar sus derechos.

Menos absentismo

Fuentes del centro defendieron que la aplicación del horario intensivo permitiría restar de la jornada escolar las horas del mediodía, que acaban siendo «tiempo muerto» y generan «muchos problemas de convivencia». Según explicó el equipo directivo, en la actualidad los alumnos que se quedan al comedor tienen la comida a las 12.30 horas y no retoman las clases hasta las tres, de modo que las horas intermedias hacen que los niños «vuelvan al aula agotados y les cueste mucho volver a concentrarse para las clases de la tarde». En el caso de los niños más pequeños, en concreto los de 2 y 3 años, se suma otro problema: el alto grado de absentismo en horario vespertino, que roza el 50%, dado que muchos padres que no los dejan al comedor optan por no volverlos a llevar al colegio. El centro defiende que, con la jornada continua, los niños acabarían el horario escolar a las 14 horas y, a partir de ahí, las opciones pasan bien por dejarlos en el comedor o bien que coman en casa, existiendo en ambos casos la posibilidad de que después regresen al colegio a dar extraescolares gratuitas hasta las 17 horas. También sería viable que ya vuelvan por la tarde si los progenitores así lo deciden.

En la concentración de ayer, también participaron la Asociación de Vecinos de Els Tolls, que respaldan al centro, así como ediles del grupo municipal socialista en Benidorm, que se comprometieron a intentar mediar con la conselleria.