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Benidorm zanja la reordenación de los veladores de cinco viales y pone el foco en Santo Domingo

Los bares ajustan sus mesas y sillas a las fachadas, a excepción de Tomás Ortuño

Los locales de hostelería de media decena de calles del casco antiguo de Benidorm recibieron durante la mañana de ayer la visita de los inspectores del área municipal de Comercio para hacer efectivo el reajuste de sus veladores. Salvo en casos contados, prácticamente todos los bares pudieron mantener el mismo número de mesas y sillas que venían colocando en la vía pública hasta ahora, como explicó la edil de Comercio, Ana Pellicer, quien adelantó que el próximo foco de actuación será en la calle Santo Domingo, una de las que mayor problemática genera debido a su estrechez y al alto volumen de establecimientos que concentra.

Como se recordará, el equipo de gobierno del PP de Benidorm ha puesto en marcha una serie de iniciativas para hacer cumplir la ordenanza municipal de Ocupación de la Vía Pública. Así las cosas, Ayuntamiento y hosteleros han mantenido diferentes encuentros para abordar la problemática de los veladores, que viene de lejos en la ciudad, y actuar calle por calle para poner coto a la invasión de mesas y sillas que se produce en algunos de los viales más transitados del casco antiguo.

La reordenación de los veladores se aplicó la pasada semana en la calle Alameda, donde los establecimientos de hostelería perdieron un 20% de sus terrazas. Con los deberes hechos en una de las vías con mayor proliferación de mesas y sillas, el Ayuntamiento puso el punto de mira ayer en media decena de viales del casco antiguo: Rosario, Buen Retiro, San Miguel, Martínez Oriola y Tomás Ortuño.

En las cuatro primeras vías citadas los inspectores de Comercio han mantenido el mismo número de mesas y sillas que se venían sacando a la calle, salvo en un establecimiento donde se han retirado dos de ellas, y se ha pedido que ajusten al máximo las terrazas a las fachadas para dejar dos tercios de la calle libres para el paso de los peatones. Con todo, se mantiene la hilera de mesas que ya había en estas calles y que, en algunos puntos, dificulta el paso dos locales de hostelería que se encuentran enfrentados. La solución municipal es arrimar todo lo posible mesas y sillas a sus fachadas.

Caso diferente es el de la parte baja de Tomás Ortuño. Este tramo de calle peatonal, a diferencia de Alameda, mantendrá sus veladores en el centro del vial y se «ajustarán» al máximo unos a otros, según explicó ayer Pellicer. Uno de los establecimientos de esta calle sí ha visto reducido el número de mesas que hasta ahora sacaba a la calle. «Nos hemos quedado con seis, mientras el de al lado tiene el doble», lamentó. El resto, en cambio, se han quedado con la misma cantidad pero más apretados.

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