Durante la subasta de pescado de ayer por la tarde, se personaron en la lonja de Altea dos agentes del Seprona de la Guardia Civil acompañados por otros seis guardias de paisano para controlar las capturas. Tras una primera inspección ocular, los agentes comprobaron que había varias cajas con peces de talla inferior a la permitida, además de otra con un pez espada sin cabeza. Los guardias levantaron acta y requisaron las capturas.

Los pescadores se quejaron del «férreo control al que nos tienen sometidos cuando cumplimos con la ley al utilizar redes adecuadas. No es culpa nuestra que a la vez se capturen peces grandes y pequeños que también son aptos para consumo».