«Hay gente que ha quitado las plantas del jardín, otros que hemos tenido que poner mallas para que no entren y, en verano, no puedes dejar las ventanas abiertas, porque en cuanto te descuidas, los tienes metidos en casa. Ya no sabemos qué hacer». Así relata Invención, una vecina de la calle Serrano de Benidorm, el «calvario» que los residentes de esta zona del barrio Colonia Madrid llevan soportando más de dos años. Afirma que gatos y ratas campan a sus anchas por este vial y en muchas ocasiones, demasiadas, acaban invadiendo las casas particulares.
El foco del problema se sitúa en los números 1 y 3 de la calle Serrano, justo en la confluencia con la de Castellana, donde se suceden una casa medio en ruinas y un solar, ambos abandonados y donde la limpieza brilla por su ausencia desde hace años. En ambos puntos, la vegetación crece a su libre albedrío, se acumula basura y, además, gatos y ratas han encontrado un «nido» idóneo para reproducirse. «Hay gente que viene a tirar pienso y restos de comida para los gatos, lo que cada vez atrae a más animales callejeros. Pusieron un vallado en todo el solar, pero lo han roto para poder seguir poniéndoles comida y, cuando se pudre, hace un olor que no se puede soportar», continúa esta vecina.
Y eso no es lo peor. Además de los felinos, también existe en la zona un foco de ratas. «Y los gatos, que por lógica se deberían comer a las ratas, como tienen alimento de sobra no les hacen ni caso», agrega Invención.
Cristian, otro residente en la calle Serrano, conoce bien la presencia de estos roedores. «En mi piso han entrado varias veces trepando por las tuberías», afirma, antes de explicar que él y su pareja están buscando otro piso de alquiler para marcharse de la zona porque «da mucho asco y no queremos estar más así». No es el único. En la calle Castellana, las ratas también se han colado en pisos de otros edificios, como el Puerta del Sol, como aseguró un propietario.
Encarnación Recio, que tiene un pequeño chalé en el número 5 de Serrano, justo junto al solar abandonado, se queja de la falta de acción del Consistorio en combatir lo que todos en el barrio definen como un problema de «higiene y salud pública». «Llevo dos años intentando que nos hagan caso, que obliguen a los dueños a adecentar esto y, si no quieren, que lo haga el propio Ayuntamiento, como han hecho en otras zonas, porque esto está terriblemente mal», afirma indignada esta mujer, que teme que con la llegada del verano y las altas temperaturas, la situación se agrave todavía más.
Al margen de todo lo anterior, los vecinos también temen que los hierbajos y matorrales que pueblan el solar «puedan acabar ardiendo y tengamos una desgracia, porque está todo muy seco y sucio y podría liarse con una simple colilla», agregó Encarnación. Por eso, reclamó al Consistorio que actúe y lanzó un lamento contundente: «Si esto fuera la Alameda y no la Colonia Madrid, lo habrían solucionado en dos días».
