La Audiencia Provincial de Alicante sentó ayer en el banquillo al exempresario de la Plaza de Toros de Benidorm acusado de haberse quedado más de 100.000 euros procedentes de los derechos televisivos de corridas de toros. Benítez se escudó ayer en que los espectáculos taurinos fueron una ruina y que el dinero se usó para pagar los gastos de las corridas.

La denuncia fue presentada por un socio de Benítez, el empresario de Xàbia, Francisco Javier de Zárate, y con quien había constituido la sociedad Soluciones Taurinas para hacerse con la gestión de la Plaza de Toros de Lima en el año 2006. Los derechos de los espectáculos taurinos se vendieron a la televisión autonómica de Castilla-La Mancha durante los meses de octubre y noviembre de ese año. Tanto la Fiscalía como la acusación particular, ejercida por su exsocio, consideran que el empresario se quedó con el dinero de los derechos televisivos y lo transfirió a otra cuenta bancaria de una sociedad a su nombre.

Benítez fue el adjudicatario del coso benidormense durante la etapa de Eduardo Zaplana en la Alcaldía de Benidorm, y en este proceso está acusado de los delitos de apropiación indebida y falsedad documental, por los que la Fiscalía le reclama penas que suman cuatro años de prisión, penas que mantuvo ayer al final de la vista oral.

Cuando ocurrieron los hechos, Benítez ya no era el adjudicatario de la Plaza de Toros de Benidorm pero seguía trabajando en el ramo, aprovechando los contactos que tenía en el mundo taurino. En la empresa Soluciones Taurinas, Benítez aportaba sus conocimientos y contactos en el mundo taurino, por lo que fue nombrado administrador de la mercantil. Según explicó, tras su retirada como torero Benítez ha gestionado hasta 22 plazas diferentes en toda España.

El acusado sostuvo que fue su socio quien quiso montar la empresa porque «le hacía ilusión trabajar conmigo» y «no entendía nada del negocio de los toros». En este sentido aseguró que fue su socio quien se encargó del contrato de Perú y que fueron las condiciones que él negoció las que causaron que la contrata acabara siendo «ruinosa». «Al cabo de un año nos acabaron echando a patadas», dijo Benítez, que señaló que el dinero de los derechos de televisión se acabó destinando para cubrir los gastos. «Después de eso no quedó nada para repartir», explicó.

Una versión diametralmente opuesta fue la que expuso el socio de Benítez, Francisco Javier de Zárate, que aseguró que la empresa fue creada expresamente para optar a hacerse con la concesión de la Plaza de Toros de Lima. Según aseguró, en diciembre de ese año estaba esperando que le ingresaran el dinero por los derechos de emisión de las corridas desde el canal autonómico manchego y cuando fue a reclamárselo éstos le dijeron que el dinero se había pagado ya. «Cuando fue a pedir explicaciones a Benítez, éste me admitió claramente que me había robado».

De Zárate aseguró que finalmente todo el dinero de los espectáculos taurinos lo puso él de su bolsillo y negó que el dinero de la cadena pública hubiera cubierto gasto alguno de los festejos.