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Benidorm pierde casi de un plumazo el 42% de su población de origen británico

La cifra de residentes de Reino Unido cae en 2.496 personas en solo 2 años

Benidorm pierde casi de un plumazo el 42% de su población de origen británico

Menos «british» que nunca pese al fuerte atractivo de la ciudad para los ciudadanos de origen británico. El número de personas procedentes de Reino Unido que tienen su residencia fijada en Benidorm se ha visto reducido en un 42,3 por ciento en tan sólo dos años, con una caída cercana a las 2.500 personas que han sido borrados prácticamente de un plumazo del padrón municipal. Se trata del mayor descenso registrado en la historia reciente de Benidorm por lo que respecta a los súbditos de Isabel II, que hasta la fecha habían tenido una presencia casi hegemónica entre los residentes de otras nacionalidades y que, tras este destacado descenso, cada vez tienen más cerca al segundo colectivo de residentes foráneos: los ciudadanos de origen rumano.

Así se constata en los datos recogidos en la publicación «Benidorm en cifras», que edita con carácter bianual el Ayuntamiento y que representa toda una radiografía de la ciudad en distintos ámbitos: desde el demográfico al turístico, pasando por el tejido económico, medioambiental, educativo, sanitario, etc. Según este estudio, que toma como base los datos del INE, hasta el año 2013 uno de cada cinco extranjeros con residencia en Benidorm era de procedencia británica: 5.905 personas, que representaban el 21,69% de la población internacional y un 7,84% sobre el número total de empadronados en el municipio.

Solo dos años después, el cambio es drástico: los británicos residentes alcanzan ahora las 3.409 personas. O, dicho de otra manera, representan tan solo un 12,52% del total de extranjeros y un 4,53% del conjunto demográfico de Benidorm.

Desde el departamento municipal de Sociología recurren a dos causas para explicar esta evolución en negativo. Por un lado, los duros requisitos de verificación que realiza el INE a la hora de cuantificar el número de residentes, que obliga a los ayuntamientos o a los propios ciudadanos a demostrar que realmente residen en el municipio en el que están empadronados. Este hecho, según el sociólogo Núñez de Cela, se torna muy complicado cuando se trata de población extranjera, que en muchas ocasiones cambia de domicilio o lo tienen fijado durante largas temporadas en alojamientos turísticos, como por ejemplo un camping, y hace muy difícil poder localizarlos para demostrar que siguen residiendo de hecho en la ciudad.

En segundo lugar, este experto atribuyó la caída de británicos al retorno de los inmigrantes a sus países de origen como consecuencia de la crisis, un fenómeno que hasta ahora se había observado de manera muy destacada en ciudadanos nacidos en países de Sudamérica y que, cada vez más, empieza a tener reflejo también entre los originarios del propio continente europeo.

Este último factor puede corroborarse, también, atendiendo a los datos de otras nacionalidades con presencia en Benidorm. En el caso de Rumanía, segundo país emisor de inmigrantes con residencia fija en la ciudad, el número de residentes también ha descendido en cerca de un millar -de 3.806 a 2.870-; los búlgaros han pasado de 1.216 a 935; de Países Bajos, de 980 a 689; italianos, de 912 a 406 o los belgas, de 836 a 588. Por contra, el colectivo de pakistaníes, marroquíes o argelinos sigue creciendo, en la mayoría de casos, atraídos por el empleo en la hostelería o la inestabilidad en sus países natales.

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