La playa de l'Albir fue testigo ayer de la vuelta al mar de cuatro tortugas bobas, que fueron víctimas en su momento de la pesca accidental en el litoral valenciano. Tras su recuperación en el Oceanogràfic, el momento más especial para estos animales llegaba cuando se adentraban después de mucho tiempo en su propio hábitat. Centenares de personas, sobre todo, pequeños bañistas y vecinos de la localidad, se acercaron hasta el lugar que montaron para todo ello en medio de la playa, acotando el espacio con vallas.

Alrededor de las 12 de la mañana estaba todo preparado para el momento más esperado de las tortugas y sus cuidadores, como el técnico en observación de fauna marina de la Conselleria de Medio Ambiente, Juan Eymar, presente en el acto. Se trataba de la inmersión en el mar Mediterráneo de cuatro ejemplares de esta especie, cuyo peso oscilaba entre los 6 y los 18 kilos, y que estuvieron algo más de un mes en el Oceanogràfic para mejorar su salud, ya que dos de ellas padecían embolias gaseosas, que vienen provocadas por el estrés que sufren al ser capturadas y atrapadas durante más de una hora. Otra padecía una neumonía por aspiración de agua y una cuarta, un principio de neumonía.

Éstas fueron capturadas en la pesca accidental con redes de trasmallo, es decir, un tejido colocado en las profundidades del mar con el que chocan los animales y de la que es imposible salir. Los pescadores se animan cada vez más a trasladarlas para su recuperación, un avance respecto a años anteriores, cuando las volvían a soltar al mar, y terminaban muriendo la mayoría de ellas.

En esta actividad también colaboraron el Ayuntamiento de l'Alfàs del Pi, el Parc Natural de la Serra Gelada, así como el ente público francés, Conservatoire du Littoral, quien además, están preparando otras actividades en la comarca, como el anillamiento de aves en la isla de Benidorm.