Desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde ininterrumpidamente, y durante todas las madrugadas de la semana comprendida entre ayer y el próximo jueves, el tráfico ferroviario entre las estaciones de Altea y Calp de la línea 9 del TRAM será intenso por las pruebas de reconocimiento de las vías, además de las verificaciones técnicas de las señales y del nuevo sistema de seguridad denominado ATP o Sistema de Protección Automática de Trenes.

Posteriormente, con toda probabilidad antes de acabar mayo, se reiniciará el tráfico ferroviario entre Altea y Calp tras interrumpirse el pasado 13 de octubre a causa de los trabajos de mejora y rectificación del trazado que, con una inversión de 9,2 millones de euros, se ha renovado la superestructura de las vías, acondicionado completamente la infraestructura existente, y mejorado algunos aspectos como sustitución de tableros, aumento de gálibo en túneles, mejora de la plataforma, mejora del drenaje, mitigación de riesgos geológicos en taludes de trincheras y terraplenes, mejoras de obra civil para soporte de las instalaciones de señalización y comunicaciones, y las actuaciones de acondicionamiento y mejora de las estaciones.

Ayer, Agustín Beltrán, jefe de la línea 9 del TRAM que discurre entre Benidorm y Denia, supervisaba las pruebas de ensayo, reconocimiento y control del tramo Altea-Calp que a lo largo de siete días efectuarán los 25 maquinistas habilitados para circular por esta línea. «El trabajo consistirá en reconocer los cambios existentes en el trazado y la localización de señales laterales verificando su buen funcionamiento, además de comprobar la instalación del ATP, sistema de seguridad que supervisa en todo momento la velocidad del tren y que supervisa la conducción en los trenes en circulación, teniendo capacidad para aplicar el freno de emergencia o impedir otras acciones cuando no se cumplen determinadas condiciones de seguridad como exceso de velocidad cuando rebasa los 3 km/hora del límite señalizado», afirmó.

Los trabajos de mejora de la infraestructura ferroviaria se han desarrollado a lo largo de 11,395 km, incluyendo las estaciones y apeaderos de Altea, Garganes, Cap Negret, Olla de Altea y Calp. Una vez acabadas las obras hace algo más de un mes se realizaron las pruebas de carga y resistencia de los puentes del río Algar y el Mascarat después de rehabilitarlos «in situ» cuando ya se habían cumplido los cien años de su instalación, y hace pocas semanas se efectuaron las pruebas técnicas como las de gálibo de los túneles y de nuevo las de resistencia de las estructuras de todos los puentes del recorrido, como son el de la N-332 en Calp, Mascarat, Moneder y Algar.

Ayer, el alcalde de Altea, Jaume Llinares, mostró su satisfacción por cómo se ha desarrollado la ejecución de las obras a lo largo de estos meses, «y porque en poco tiempo la línea ya estará a pleno rendimiento para ofrecer el servicio los usuarios».