El Ayuntamiento de Benidorm emprendió ayer su particular batalla para poner coto a los veladores en las calles más céntricas del casco urbano. Dos operarios municipales, ataviados de un metro, una brocha y un bote de pintura, comenzaron a pintar sobre el suelo de las calles Santo Domingo -conocida popularmente como «los vascos»- y San Miguel las marcas para delimitar el espacio que, a partir de ahora, podrán ocupar las mesas y sillas que los establecimientos de ambos viales sacan al exterior, cumpliendo de manera «estricta» lo que recogen las ordenanzas. La medida, pese a partir de la propia asociación de restauradores Abreca, generó ayer gran enfado entre muchos empresarios, dado que a partir de ahora verán reducido a la mitad su espacio.

La operación se inició poco después de las ocho de la mañana, cuando muchos bares ni siquiera habían abierto todavía sus puertas, y sin aviso previo por parte del Consistorio. Ambos hechos hicieron que, pasado el mediodía, los camareros de locales de la calle Santo Domingo como la Dehesa, Atxuki, La alberca o Tamboril ni siquiera se hubieran percatado de la nueva señalización. «No, aquí no han pintado nada», repetían sin parar al ser preguntados por su opinión, antes de quedarse atónitos cuando miraban al suelo y comprobaban, efectivamente, que la delimitación sí estaba. «Pues a nosotros nadie nos ha dicho nada, así que vamos a seguir poniendo las mesas como antes».

Superficie

Las marcas pintadas ayer se ciñen a lo que marca la ordenanza municipal número 2 de Ocupación de Vía Pública, que establece que los locales no podrán exceder con sus veladores los metros que ocupa su fachada. Además, en calles especialmente estrechas, que miden entre tres y cuatro metros de anchura, tan sólo podrá ponerse una fila de mesas siempre que no ocupe un tercio de la calle. Sobre esta base, en las dos calles peatonales donde ya se han realizado las señales, y en las que hay locales de restauración a un lado y a otro de la vía, la superficie acotada para cada establecimiento es una sexta parte de la calzada. O, dicho en otras palabras, se queda fijada poco más de 60 centímetros, cuando hasta ahora abarcaban alrededor de un metro veinte.

«Hace unos años -cuando el PSOE estaba al frente del gobierno local- ya se pintaron unas rayas y nosotros ajustamos nuestro mobiliario a ese espacio. Ahora nos quitan la mitad y uno ya no sabe si es que se quieren cargar la calle o qué», afirmó indignado Ignacio García, gerente del Grupo Aurrerá, que cuenta con ocho establecimientos, seis de ellos en la vía Santo Domingo. Para García, «esta calle es especial, es un reclamo turístico y si nos quitan la mitad de mesas va a perder toda la chispa», dijo. De hecho, según sus cálculos, con la nueva delimitación tendrá que retirar veinte mesas sumando los seis locales. Por ello, dijo estar de acuerdo en que «el espacio debe estar ordenado, pero entre un tercio y un sexto de la calle hay un término medio».

En la calle San Miguel, la medida tampoco ha sentado bien. Hosteleros de este vial, igual o más estrecho que Santo Domingo, destacaron que, con las nuevas marcas, «no cabe ni una mesa», por lo que se sumaron a las quejas de sus colegas y exigieron al Consistorio rectificar.

Autorregulación y sanciones

El gobierno local, del PP, se escudó ayer en que la propuesta de poner estas delimitaciones fue solicitada por la propia Abreca y que ellos se han «limitado a hacer lo que se acordó con ellos en una reunión». El edil de Vía Pública, José Ramón González de Zárate, dijo que el Consistorio «no está ni en contra de que se pongan mesas, pero sí de que se pasen tres pueblos» y recodó el resultado de las inspecciones de Semana Santa, cuando se detectó un exceso de cerca de 800 mesas sobre las autorizadas por las ordenanzas: «Hemos intentado que se autorregulen, pero no ha habido manera, así que, cuando no para de haber quejas, llega un momento en que se tiene que actuar».

El edil avanzó que esta semana habrá una reunión con hosteleros de la zona para abordar éste y otros temas. Asimismo, dijo que, por ahora, esta medida es «experimental» y que «se irán tomando decisiones consensuadas con todos».

En los próximos días está prevista señalizar la Alameda y la plaza de la Constitución, con lo que se completarían las cuatro calles «más problemáticas» y donde, según el PP, se registran más infracciones.