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Ara Malikian: «Estamos presenciando en Siria un genocidio y nadie hace nada»

El violinista libanés actúa el 15 de julio en el auditorio Julio Iglesias de Benidorm

Ara Malikian: «Estamos presenciando en Siria un genocidio y nadie hace nada» DAVID REVENGA

Ha perdido la cuenta de los violines que posee, igual que de las cuerdas que su entusiasmo le lleva a romper cada vez que se sube a un escenario. Considerado uno de los mejores músicos de su generación, Ara Malikian (Beirut, Líbano, 1968) presentó ayer en Benidorm el concierto que ofrecerá en el auditorio Julio Iglesias el próximo 15 de julio.

Si por algo se caracteriza su música y su puesta en escena sobre el escenario es porque hace igual de fácil interpretar al violín una partitura de Vivaldi, una pieza de jazz, un tema de Radiohead o un fandanguillo flamenco. Le gusta romper moldes y, a la vez, romper fronteras. Y el próximo verano sumergirá a Benidorm en su gira «15», acompañado de siete músicos, con la que pretende llevar al público a un «viaje cultural y musical, que pasará desde Bach a Led Zeppelin, con un poco de Paco de Lucía, folclore de mis tierras, rock... Muchas músicas de muchas épocas».

Usted no es un violinista al uso y le gusta tocar todos los palos musicales, sin ceñirse a ningún género. ¿Hay alguno en el que se sienta más cómodo?

Me siento cómodo en la música y no me gusta poner etiquetas. Para mí, me llega o no me llega, y eso es lo que intento transmitir al público. En la música da igual de qué época o de qué estilo es. Esa es mi filosofía, que es como una manera de reconciliar. Lo importante es la emoción.

¿Y alguno que todavía se le atragante?

Hay cosas que no he experimentado aún, como el reggaeton, y hay algunas cosas también muy buenas en este género. Quién sabe, igual en el futuro...

¿Qué música lleva Ara Malikian en el iPod?

De todo. De la misma manera que toco, escucho. Igual puedo estar escuchando una hora a Stravinsky que luego pongo a Lady Gaga. En eso está la magia.

Nació en Líbano y en alguna ocasión ha contado que pasó gran parte de su niñez tocando el violín mientras escuchaba los bombardeos de la guerra civil de su país desde un refugio. ¿Le preocupa la situación que se vive ahora en Oriente Medio?

Por supuesto. El mundo está viviendo una época convulsa, no había tantos refugiados desde la Segunda Guerra Mundial y nos estamos encontrando con muchísimas personas que tienen que dejar su país, su casa, su familia, para huir de la guerra. Creo que como seres humanos tenemos la responsabilidad de ayudar, no les podemos dejar colgados. No se les puede cerrar la puerta y dejarles morir en el camino.

Pues eso parece que es lo que pretenden hacer muchos países. ¿Cree que Europa ha estado a la altura?

Pienso que no. El acuerdo con Turquía para deportar a los refugiados es indignante. Y, además, no nos dan información. Sólo recibimos noticias cuando hay una catástrofe, cuando se hunde un barco... Occidente no es consciente de la gravedad de la situación. Mi madre es de Siria y tenemos a mucha gente allí. Creo que dentro de unos años nos vamos a dar cuenta de que estamos presenciando un genocidio en Siria y nadie ha hecho nada. Como pasó en Ruanda hace veinte años, cuando murieron frente a los soldados de la ONU cien mil africanos y tampoco nadie hizo nada.

Para usted, que pone su empeño en mezclar culturas a través de la música, la situación que vive aquella zona debe ser bastante contradictoria.

Incomprensible. La cultura en general siempre ha tendido al respeto y a la aceptación de las diferencias. Yo creo que el mundo es bonito porque somos todos diferentes, cada persona es una obra de arte y, en lugar de disfrutar de esas diferencias, cada vez hay más fanatismo por conservar lo nuestro, por cerrarse al mundo y creo que es un problema, un error.

El próximo verano actuará por tercera vez en Benidorm. ¿Le gusta la ciudad?

Es un sitio muy especial, único en toda Europa. No hay un lugar parecido a Benidorm y cada vez que vengo me siento muy a gusto, el público responde muy bien y me inspira mucho. Hay muchas culturas, la gente habla muchos idiomas y eso es algo que siempre me atrae. Ahora actuaremos en un auditorio muy grande, así que va a ser un subidón compartirlo con el público.

¿Hasta el punto de compararlo con Las Vegas, como hizo hace poco en sus redes sociales?

Sí, sí, sí... (risas). Puse una foto que decía «para qué venir hasta aquí cuando tenemos Benidorm» y es verdad, me gusta mucho esta ciudad.

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