Una beata y dos comadronas frente a políticos, médicos, sacerdotes, inventores, hombres de la mar, actores, toreros y casi cualquier otra ocupación que nos pueda pasar por la cabeza. También planetas, ciudades, países, santos, las estaciones del año, distintas especies de aves, de flores o fenómenos meteorológicos como el arco iris. Así podría resumirse, a grandes rasgos, de quién toman su nombre todas y cada una de las calles de Benidorm. Y aunque son denominaciones de lo más variopintas, hay un hecho que destaca sobre todos en este diagnóstico: el olvido de la figura femenina en la denominación de viales que se ha repetido en la ciudad a lo largo de toda su historia.
Sólo tres de las 352 calles que figuran en el callejero oficial de Benidorm tienen nombre de mujeres: la beata María del Sufragio Orts Baldó, una religiosa perseguida y asesinada durante la Guerra Civil, y que tiene un vial en el barrio de Els Tolls; Carmela Martínez, comadrona y curandera de Benidorm fallecida en el primer tercio del siglo XX, que da nombre a una calle en el casco antiguo; y Encarnació Lloret Devesa, «la Corrilla», que también ejerció de comadrona y trajo al mundo a decenas de «fills del poble» a mediados del pasado siglo, a la que se reconoce con una plaza en La Cala. Nada más.
Por contra los hombres copan decenas de espacios públicos. Más de 60: desde expresidentes de Gobierno como Adolfo Suárez; a alcaldes vivos o fallecidos de todas las épocas. También hay políticos nacionales y extranjeros, entre ellos José Canalejas, Emilio Ortuño, Emilio Castelar o Kennedy, pero no hay ni rastro de mujeres que tuvieron un importante papel en este campo, como podrían ser Clara Campoamor o Victoria Kent; hay médicos como Severo Ochoa, Ramón y Cajal, Cosme Bayona, José Pérez Martorell o Alexander Fleming, pero ni rastro, por ejemplo, de Marie Curie; y actores o cantantes como Luis Prendes, Toni Leblanc o Raphael, que tampoco tienen su correlación por lo que se refiere al sexo femenino.
También hay calles que se llaman como marinos y militares tales como el Condestable Zaragoza o el Capitán Cortés; de nobles como el archiduque Otto de Hasburgo; y empresarios u hombres de las finanzas como el Marqués de Comillas, Antonio Ramos Carratalá o Alfonso Puchades, mientras que no existe ninguna dedicada a alguna de las muchas mujeres que promovieron la construcción de hoteles mientras sus maridos estaban en el exilio o en la mar y a las que se podría denominar como las «madres del boom turístico» de Benidorm. O de personajes clave en la historia fundacional de Benidorm, como el Almirante Bernat de Sarrià, que otorgó la primera Carta de Poblament en 1325 y que también da nombre a un instituto; mientras que la «autora» de la segunda Carta, de 1666, Beatriu Fajardo de Mendoza sí ha sido reconocida con otro instituto pero tampoco da nombre a ningún vial, avenida o plaza de Benidorm.
Cinco centros educativos
Al margen de Fajardo de Mendoza, también se da el nombre de mujeres a otros cuatro centros públicos de la ciudad: el de formación Pepita Puchades, quien cedió las parcelas donde se levanta este edificio; Carmen García Santos, exconcejal socialista y docente, que da nombre al centro municipal de estudios del Salto del Agua; el centro social en honor a la benidormense Pepita Esperanza Llinares y el colegio público Leonor Canalejas, maestra que cedió terrenos para la construcción de un colegio donde hoy está el edificio del Torrejó.
Reparar el olvido
En dos ocasiones, el grupo socialista llevó a pleno una moción para denominar «Dones de Benidorm» una plaza ubicada frente al mercado municipal. La primera vez, en 2006, estando en la oposición; la segunda, en 2010, en el gobierno local. Nunca se llevó a cabo.
Ahora, para reparar el olvido al que las féminas han sido sometidas durante décadas, el Ayuntamiento de Benidorm va a impulsar un proyecto, dentro de un nuevo Plan de Igualdad de Género 2016-2020 diseñado por el gobierno local, del PP, que incluye en uno de sus puntos darles mayor visibilidad social priorizando el nombre de «mujeres ilustres valencianas, españolas e internacionales» a la hora de dar nombre a nuevos viales o edificios públicos. La propuesta está respaldada por todos los grupos políticos.
