La procesión del Domingo de Resurrección en la Vila Joiosa estuvo marcada por la caída del Cristo Resucitado durante el paso. Alrededor de las 11 de la mañana de ayer y con un sol casi veraniego salieron las imágenes de las dos figuras más importantes del día de sus iglesias. Primero, de la Ermita de San Bartolomé. Desde allí salió en procesión la cofradía de Resurrecció y Glòria portando a hombros la imagen del «Resucitat». Recorrieron las calles más céntricas del municipio para el encuentro con la Mare de Déu.

Unos minutos después salió de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción la imagen de la Virgen María. De sus puertas salió en procesión la cofradía de la Virgen de los Dolores. Con ambos pasos recorriendo las distintas calles de la localidad, llegó el momento del reencuentro entre ambas figuras.

Momento en el cual los costaleros llegaron a inclinar al Cristo Resucitado ante la imagen de la Mare de Déu.

Hasta ahí todo normal y dentro de lo esperado. Pero segundos después, y con el paso a un ritmo rápido, el Cristo Resucitado se precipitó y estuvo a punto de caer al suelo. Los gritos de susto inundaron las calles de La Vila, que estaban llenas para ver este acto. Los cientos de devotos que presenciaban la procesión eran conscientes de que la imagen estaba a punto de caer. Pero los reflejos de los que estaban cerca de ella evitaron tal desastre y cogieron al vuelo la talla.

Así, los siguientes metros del recorrido lo hicieron con el Cristo Resucitado por una parte, y la base en la que iba pegada durante el inicio del itinerario, por otro. Y es que, según explicaron diversas fuentes a este diario, el origen de todo fue que ambas piezas se separaron, problema que motivó la caída.

Asimismo, indicaron que no es la primera vez que pasa algo semejante. Tal y como señalaron ayer fuentes municipales, hace dos años se cayeron los brazos de la Mare de Déu durante el paso.