La anécdota de la «Cremà» se la llevó la falla Centro-Benidorm. Minutos antes de que el monumento fuera pasto de las llamas, las falleras mayores tenían la tarea de indultar a uno de sus ninots. Laura y Clara lo tenían claro: el Papa Francisco. Su convencimiento se remonta a horas antes, en la mañana del sábado, durante la misa en honor a San José que presenciaron en la iglesia de San Jaime y Santa Ana.

El párroco Juan Antonio González se refirió a su falla en el sermón, según cuentan personas que estuvieron presentes en el mismo. Les dijo que le había encantado el monumento, pero lo que le hacía menos gracia era que quemaran al Papa Francisco. Acto seguido, las falleras mayores decidieron que ese era el ninot que había que salvar del fuego.

Así, minutos antes de la «Cremà», Laura y Clara indultaron a la figura religiosa de gran tamaño, que supera en altura a todos los que se le acercan. Acto seguido, la comisión fallera decidió regalárselo al cura, presente allí.

En el monumento, el ninot estaba situado al lado de un africano en los huesos. Delante de él había tres bombas en las que se leía: «Hambre», «Guerra» y «Ébola». En la cartelería se referían al Papa como «padre de los pobres, debes gritarle muy fuerte al mundo ya basta de llanto, tortura y queja, de desdichas, hambre y penas».

El cura Juan Antonio González no dudó en fotografiarse en el indulto junto al ninot que los jóvenes del distrito transportaron en carretilla hasta la parroquia esa misma noche.