Camas, suelos, baños, salones... Todo tiene que estar resplandeciente e impoluto para que los clientes se lleven una buena impresión de las estancias del hotel y quieran repetir. Las camareras de piso de Benidorm tienen una gran tarea por delante en los próximos días, cuando la ciudad acoja a miles de turistas turistascon motivo de las vacaciones de Semana Santa. Muchas de ellas lo harán con dolores y medicadas. Así lo denuncian desde los sindicatos que velan por los intereses de la mayoría de las empleadas, CC OO y UGT.
La limpieza de cada habitación de estos establecimientos la llevan a cabo cada día alrededor de unas 2.000 personas en Benidorm, según las estimaciones de la patronal hotelera Hosbec. De ellas, casi el 100% son mujeres y es el colectivo más grande en cada uno de los establecimientos. Son empleadas que ejercitan todo el cuerpo durante su jornada laboral.
El esfuerzo supone un desgaste que les hace arrastrar enfermedades, que para más inri, algunas no son reconocidas como patologías vinculadas a su puesto de trabajo. Una limpiadora, que no se quiso identificar por miedo a perder su empleo, explicó a este diario que ha tenido que ser intervenida del túnel carpiano en las dos manos. Una enfermedad que sufren la mayoría de ellas y que aparece por el movimiento repetido de una misma acción, como por ejemplo, por el uso de la fregona.
A pesar de todo, esta patología no está reconocida como una enfermedad laboral, según denuncian los sindicatos, con la correspondiente pérdida de derechos que conlleva: no se les reconoce ningún grado de invalidez en los tribunales médicos.
De la prejubilación, ni hablar
Muchas de ellas trabajan medicadas y con dolores en las cervicales o en la espalda. Una de las limpiadoras consultadas por este diario, que lleva casi 30 años trabajando en ese sector, indicó que cada día toma dolocatil para calmar su sufrimiento, paracetamol y otros medicamentos. «Tengo 56 años y no pienso en prejubilarme porque estoy sola y tengo una hipoteca que pagar, pero lo dejaría hoy mismo porque hay días que no puedo ni con el carro», resumía.
A estos dolores del cuerpo, hay que sumarle los problemas psicológicos que padecen, como la ansiedad o el estrés, por culpa de la carga de trabajo que acumulan, según indicaron las limpiadoras preguntadas por este diario. Trabajo que aumenta en temporada alta cuando a las habitaciones se le suman las camas supletorias.
Más de 20 habitaciones al día
En la mayoría de casos, apuntaron las camareras, las habitaciones asignadas no bajan de las 23. Un trabajo que si no les da tiempo, lo hacen sin descanso para comer, ocho horas del tirón, según afirmó Sole, empleada del sector y vinculada a CC OO.
Además, explicaron que muchas de sus compañeras no se quejan ni a su superiora por miedo a perder el trabajo.
Por su parte, fuentes de la patronal hotelera negaron a este diario que este problema sea tal e indicaron que no tienen conocimiento de que esté pasando en Benidorm. Recordaron que han tenido un «tratamiento excepcional» sobre todo con el salario. Y argumentaron que es complicado establecer un mínimo de carga de trabajo por las características del mismo. Además, señalaron que todas las empresas se rigen por la legalidad y siguiendo los criterios de prevención, seguridad y salud laboral.
Estas mismas fuentes indicaron que «puede que existan casos, pero se nos escapan de las manos», dijeron. Asimismo, animaron a que denuncien a la inspección de trabajo. Una solución por la que abogan también los sindicatos. Es más, esta pasada semana el PSOE local, junto a representantes de CC OO y UGT, anunció que elevarían a pleno una moción que reclamara a la Generalitat Valenciana que pusiera en marcha un Plan contra la Explotación Laboral en los sectores de hostelería, comercio y servicios, prestando especial atención a las camareras de piso.
