Irlandeses por un día, sin importar la procedencia de cada cual. La zona inglesa de Benidorm y numerosos locales de la primera línea de la playa de Levante se tintaron ayer de verde para festejar por todo lo alto el día de San Patricio, la fiesta nacional de Irlanda, que de un tiempo a esta parte se ha asentado como una más de cuantas se celebran en la ciudad por su atractivo turístico.

Viajeros llegados de distintos puntos, mayoritariamente británicos, y también vecinos de Benidorm que cada año participan en mayor número a esta celebración, desempolvaron ayer sus mejores disfraces, con el denominador común del verde, para sumarse a las actividades organizadas en bares y hoteles. De hecho, estos negocios han visto en el Saint Patrick's Day un nuevo filón para hacer caja, de modo que no dudan en engalanar sus instalaciones con banderas de Irlanda o en programar conciertos de música tradicional irlandesa en directo, concursos o sesiones de baile para captar público. Y, también, para servir litros y litros de cerveza, un brebaje que no puede faltar en cualquier fiesta irlandesa que se precie.

«Tenemos las cámaras a tope porque el de hoy es un día grande», reconocen los camareros de distintos locales de la conocida como «zona guiri», muchos de los cuales duplican durante este día su clientela con respecto a una jornada habitual. De hecho, ayer muchos abrieron en horario especial para recibir clientes, prácticamente, de sol a sol.

Además de estos establecimientos, otros que también ayer hicieron su particular agosto fueron las tiendas de disfraces y souvenires, donde muchos turistas suelen acudir para proveerse de gorros, gafas, pelucas, barbas y todo tipo de complementos para añadir a su vestuario.

Desde la Policía Local destacaron que, pese a la gran afluencia de público, la jornada transcurrió sin incidentes reseñables. Sí hubo que cortar puntualmente algún vial por la elevada concentración de público, aunque al cierre de esta edición la tónica era «normalidad absoluta».