Destapado un laboratorio clandestino de drogas en Altea que vendía los estupefacientes como productos naturales de comercialización legal, al no estar catalogados como ilegales, con el reclamo de ser indetectables en los controles policiales.

La Policía Nacional ha detenido a cinco personas en el desmantelamiento de este laboratorio que producía drogas sintéticas no fiscalizadas, donde se han localizado más 14.000 dosis para distribuirlas en España y Reino Unido. Los arrestados son originarios de Lituania, Letonia y Ucrania y están supuestamente relacionados con el diseño y elaboración de sustancias no clasificadas como ilegales pero adulteradas con otras sintéticas de efectos análogos a drogas fiscalizadas. Los estupefacientes que distribuían eran incluso más tóxicos que por ejemplo la cocaína.

Desde la Dirección General de la Policía explicaron ayer que cuando los detenidos comprobaban la inclusión de las sustancias que elaboraban en las listas de fiscalización, las «retocaban» con otras parecidas pero «alegales» y volvían a «comercializarlas, hasta que de nuevo eran detectadas y clasificadas como ilícitas». Y las vendían utilizando como reclamo que no se podían detectar en los controles policiales.

La investigación comenzó el pasado enero cuando los agentes pudieron comprobar la existencia de un laboratorio clandestino destinado a la elaboración de drogas sintéticas tras detectar su distribución en lugares de ocio nocturno de la provincia. Los agentes averiguaron que se había sido instalado en un chalé situado en una lujosa urbanización de Altea, desde donde sus dos moradores -de origen lituano y letón- se desplazaban en un vehículo todoterreno adoptando fuertes medidas de seguridad.

Los investigadores iniciaron las primeras pesquisas, entre ellas vigilancias, en las que pudieron comprobar que los investigados abandonaban periódicamente la vivienda a primeras horas de la mañana para recoger a otros compatriotas, y trasladarse después a una nave localizada en un polígono industrial de otra localidad de la provincia. Al detectar que una empresa de paquetería recogía cinco cajas en esta nave con destino a Reino Unido, los agentes solicitaron su control en la Aduana a la Agencia Nacional del Crimen (NCA) de aquel país. Poco después, las autoridades británicas constataron que se trataba de bolsas de cannabinoides sintéticos, no clasificados como sustancias estupefacientes.

Ante la sospecha de que dichos productos, de comercio legal, pudieran estar siendo adulterados con sustancias sintéticas nocivas para conseguir efectos análogos a las drogas fiscalizadas, los agentes decidieron registrar tanto la nave donde operaban como el chalé donde residían. En dichos registros intervinieron diverso material para la elaboración de la droga y productos químicos junto a 14.678 sobres de cannabinoides sintéticos preparados para su distribución tanto en España como en Reino Unido, por lo que se procedió a la detención de los cinco individuos por un delito contra la salud pública.

Además, los investigadores pudieron comprobar que en el laboratorio clandestino manipulaban las sustancias obviando cualquier medida de higiene durante su proceso.

Tenían la droga preparada para ser distribuida en establecimientos denominados «Grow Shops» como si se tratase de una venta legal, utilizando como reclamo que no se podía detectar en los controles policiales.

Modus operandi

Los laboratorios clandestinos que producen estas drogas sintéticas conocidas como «rave drugs» o «legal highs», comprueban la inclusión de las sustancias que elaboran en las listas de fiscalización, las retocan con otras parecidas pero alegales, hasta que una vez más son detectadas y clasificadas como ilícitas, comenzando el proceso de nuevo. En este caso, los detenidos utilizaban una sustancia análoga a la metanfetamina y otra droga psicoactiva clasificada como alucinógena. Su efecto tóxico es más fuete que el de la marihuana o la cocaína.

En la operación han intervenido el Greco Levante (Brigada Central de Crimen Organizado de la Udyco Central) y la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría Local de Benidorm, y ha contado con la colaboración de la Agencia Nacional del Crimen británica.