El alcalde de Altea, Jaume Llinares, acompañado por la concejala de Educación, Vicenta Pérez Barber, visitaron ayer el CEIP La Olla para conocer de primera mano la situación del centro que lleva desde hace dos décadas impartiendo algunas clases en dos barracones, además de en el edificio original, de dos plantas, construido en 1966, que se ha quedado pequeño para el más de centenar de niños que representa su alumnado. Tras la visita, los representantes del gobierno local expusieron su intención de solicitar ante la Conselleria de Educación que elimine las dos aulas prefabricadas

«Queremos solucionar un problema que viene arrastrándose desde hace 20 años», afirmó ayer la edil de Educación, quien señaló la opción de que el área autonómico de Educación construya la ampliación del centro mientras que el Consistorio asumiría las mejoras en los accesos y en el parking.