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Benidorm

El timo del trile «interruptus»

Al menos tres grupos se distribuyen por las calles del Rincón de Loix para engañar a los turistas

Diferentes personas pican en la parada de los trileros montada en la calle Filipinas, ayer. David Revenga

La calle Filipinas, la avenida Mediterráneo y el Paseo de Levante. De forma simultánea actuaban ayer al menos tres grupos distintos jugando a la patata patata en estas vías del Rincón de Loix. Momento en el que coincidía con uno de los días de más afluencia de gente por la proximidad del mercadillo que se celebra al lado del Hotel Pueblo. El juego sólo se para con la presencia policial. Pero la organización que mantienen consigue que los agentes lleguen cuando ya no pueden ver nada que sea motivo de sanción para los trileros.

Son las 11.30 horas. Esquina de calle Filipinas con Gerona. Un grupo jalea y aplaude alrededor de dos cajas amontonadas una encima de la otra haciendo de mesa. Tras ella, un hombre mueve la bolita bolita de un lado a otro mientras el público, cómplices y turistas, apuestan a ciegas para adivinar dónde está la bolita. Así hasta las 11.53 horas. Uno de los colaboradores que hay apostados en la calle de enfrente avisa a su compañero: viene la policía. Insiste con gestos disimulados con la mano.

De inmediato: las cajas no eran una mesa y ellos paseaban por la zona. Los turistas alucinan. Cuando llega el coche de la Policía Nacional, no tiene otro remedio que seguir su camino, no sin antes pararse durante unos segundos delante de los que hasta hace unos minutos estaban escondiendo bolitas. El coche se aleja. Ya han montado de nuevo la mesa de cartón.

En la playa de Levante hay movimiento. Son las 12.05 horas. Un grupo de unas 10 personas comienzan a colocarse todos en sus puestos. Tras 10 minutos de faena, en la que poco han podido hacer por atraer a «jugadores», tienen que desmontar el tinglado: llega un vehículo de la Policía Local.

En la calle de arriba, entre el primer y el segundo grupo, hay otro más. Son las 12.25 horas en la avenida Mediterráneo. A escasos metros de la Iglesia del Carmen se coloca un grupo menos numeroso: dos vigilando para avisar cuando llega la policía, tres más junto a la mesa de cartón. No pasan ni dos minutos cuando se acerca la Policía Local en coche. Éstos, se adentran en el Paseo de Levante, donde presumiblemente se encontrarán con el grupo anterior.

Se trata del día a día en una de las zonas más turísticas de Benidorm, muy frecuentada por británicos, que son los que más pican. Un problema que no desaparece, y que la misma Policía Local apuntó hace unas semanas que sólo podían actuar para intentar que no aumente.

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