Benidorm está repleta de rascacielos. Eso es un hecho. Pero esto mismo supone que para ciertos problemas, la ciudad tenga que estar preparada de una forma especial. Por ejemplo, cuando se declaran incendios en áticos, cuya última planta es la 32, como sucedió esta pasada semana. Arquitectos, ingenieros, bomberos y técnicos municipales consultados por este diario coinciden en afirmar que los edificios son seguros y que están preparados para actuar en estos casos. Pero, ¿cómo? Todos ellos se rigen por el Código Técnico de la Edificación, que establece los parámetros a seguir en seguridad en caso de incendio, una norma a nivel nacional.
Uno de los más conocidos de la ciudad es el Hotel Bali, de 52 plantas y 186 metros de altura. Éste, que se inauguró en 2002, está equipado con todos los elementos de prevención que necesita, y cada cierto tiempo van renovando estos sistemas, según lo marque la legislación en sus modificaciones. Así lo reconoció el director del mismo, Enrique Castells.
El edificio cuenta con lo que se conoce como «columna seca»: una tubería que va desde el garaje hasta la última planta. Ésta daría servicio a los bomberos en caso de que se quedaran sin presión de agua. Además, tal y como indicó Castells, cuentan con equipos electrógenos independientes por si se va la luz.
Y como es habitual, disponen de extintores y mangueras con agua del hotel en cada piso.
Tanques cada 10 plantas
Asimismo, han equipado todas las habitaciones con rociadores autónomos, preparados para expulsar agua cuando notan humo en la estancia. Cada diez plantas almacenan 30.000 litros. Cuentan con cuatro centralitas repartidas por el edificio que sirven para detectar incendios y averías, «una de ellas está en recepción», apuntó Castells.
A todo esto hay que sumarle las obligadas escaleras de emergencias. Tienen una para el personal y otra para los clientes. Éstas están preparadas para que no entre humo en ellas.
Otro de los edificios más conocidos del skyline de Benidorm es el In Tempo, aún por terminar. Éste, con alrededor de 200 metros de altura y 47 plantas, cuenta con dos escaleras de emergencias aisladas de hormigón armado. Gracias a este material nunca llegarían a incendiarse. Además, según explicó el arquitecto de la construcción, Roberto Pérez-Guerras, está preparado para que no se propague el fuego de una estancia a otra. Todas las paredes están hechas de este componente. Características que comparte con otro de los edificios en los que participó en el proyecto: la torre Neguri Gane, que se levanta en 40 pisos.
Fuentes del equipo de arquitectos del rascacielos
Don Jorge indicaron que están obligados por ley a «sectorizar» sus estructuras. Es decir, por norma, dividen una columna de viviendas con elementos que eviten que se propague el fuego, siempre en áreas que no superen los 2.5000 metros cuadrados de superficie útil.
Manga de evacuación
Además de todos estos elementos, Joaquín Solbes, presidente del Colegio de Ingenieros Industriales de Alicante y profesor de la Universidad de Alicante, indicó que antiguamente se colocaba la manga de evacuación: un tubo de tela que se descolgaba por la fachada, la persona podía salir metiéndose dentro de él y bajando lentamente hasta la calle. «Pero hubo accidentes y se quitaron», explicó Solbes, quien añadió que con las reformas se han eliminado y se han puesto salidas de emergencias o escaleras por fuera de la edificación.
Sistema propio
Fuentes del Consorcio de Bomberos de la Marina Baixa apuntaron que «nosotros también nos hemos tenido que adaptar a las circustancias de Benidorm, creando una sistemática propia».
Estas mismas fuentes señalaron que, tienen que hacer uso de los ascensores. Asimismo, hacen relevos en el equipo para subir por las escaleras, desplegando por ellas los materiales necesarios -como la manguera para extinguir el fuego- «porque hay que tener en cuenta que llevamos trajes que pesan bastante y es normal que se cansen y necesiten oxígeno», manifestaron. «El tendido en una primera planta se hace en 2 minutos, mientras que en un piso 30 tardamos unos 10 minutos», apuntaron. Además, señalaron que cuentan con escaleras desplegables de 30 metros, que con las características de los rascacielos de Benidorm sólo llegaría a un sexto.
También hay edificios con «plantas técnicas», explicaron fuentes del Consorcio, quienes indicaron que éstas están equipadas con bombas independientes con 1.500 litros.
Técnicos municipales incidieron en remarcar que la ciudad de Benidorm es segura y está preparada para este tipo de sucesos. Es más, indiciaron que las zonas nuevas, en las que predominan los rascacielos, lo son más aún. Para ello se basan en que están más aislados unos de otros con el retranqueo, las zonas comunes, jardines, etc.
