«Estoy contento con el cambio, peor de como estaba no podía quedar». Ésta es el veredicto general de los comerciantes de la avenida Jaime I, que la han sufrido durante cinco años con las aceras levantadas. Ahora, opinan sobre la remodelación de la vía, que el pasado miércoles fue reabierta al tráfico rodado después de semanas en obras.

Un hecho resalta en medio de esta inauguración. Alrededor de las seis de la mañana del domingo tuvo lugar el primer accidente con consecuencias. Un coche, según apuntó el concejal de Seguridad, Lorenzo Martínez, se chocó contra la isleta en la que está el semáforo para ciclistas. Un suceso sin heridos, pero que dejó la señal recién colocada para el recambio.

La mayoría de los comerciantes consultados están satisfechos con la reforma. Entre ellas, una de las encargadas de la tienda Ópalos, que celebra que se hayan terminado las obras. No obstante, comenta que ya ha avisado al Ayuntamiento de que, al parecer, las máquinas de limpieza de las calles están ensuciando las baldosas. Éstas y su color, combinación de gris con negro, son motivo de desagrado para algunos de ellos.

Pero lo que más preocupa a los restaurantes y bares es la falta de aparcamiento. «Los han quitado todos, nos preguntamos dónde van a dejar los clientes sus vehículos para venir a comer», dice la encargada de El Córner, Amanda Thomason. Los restauradores están expectantes porque ahora están en temporada baja, pero cuando llegue el buen tiempo, y con él, los turistas, será el momento de saber «si los atascos que ahora imaginamos se harán realidad, o no», apuntó uno de ellos.

Además, las nuevas farolas no terminan de gustar porque, según aprecian los comerciantes, «alumbran poco».

Pero lo más comentado es la supuesta peligrosidad del carril bici por en medio de la calzada. Uno de los principales problemas que le ven a éste es, sobre todo, que puedan caer en la zona de los vehículos, como apunta Amanda Thomason, «cada día que miro a la carretera estoy rezando para que no pase nada. No me quiero imaginar cómo va a ser en verano cuando haya más tráfico».

Los árboles recién plantados es lo más celebrado. Pero no siempre llueve a gusto de todos. Esto mismo considera Sara Mirabal, que trabaja en una inmobiliaria de la zona. «Todos están contentos con que hayan puesto árboles y yo, en cambio, la prefería sin ellos, la avenida se ve más amplia. Pero claro, lo digo yo que no tengo género en la terraza», indica Mirabal.