Muchos de los turistas que utilizan el Tram para desplazarse por la provincia alaban las vistas que les ofrece ese transporte. Y ahora, con un tramo paralizado por las obras de mejora de las vías, son los vecinos de la zona los que aprovechan para caminar por ella y contemplar las vistas según su ritmo. El recorrido en cuestión es el de la estación de l'Olla de Altea, hasta Calp, o al revés. Y lo hacen a pesar de que las señales de las obras prohíben el paso para toda persona ajena a estos trabajos.
Así, numerosos senderistas persiguen las vías del tren para pasar unas horas entre naturaleza y raíles. Los que lo han probado aseguran que lo peligroso del trayecto es cuando tienen que sortear hierros y material de la construcción. Pero hay quienes caminan por ella con niños pequeños y mascotas. Eso sí, hasta un puente de hierro, en el que la superficie del suelo con el que disponen es de unos 40 centímetros. Pocas personas se atreven a seguir por ahí y suele ser el momento de emprender el camino de vuelta.
Hasta ese instante, en el trayecto que inicia desde l'Olla, estos caminantes ya han atravesado túneles, han visto el puerto de Campomanes, han contemplado la bahía de Altea, Serra Gelada o la iglesia ortodoxa rusa. Además, han atravesado el Mascarat y han visto en su esplendor la Sierra de Toix.
Fuentes de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) indicaron a este diario que este itinerario que ahora está realizándose en bus, está previsto que se reabra a finales de mayo, aunque continuarán otros trabajos en este tramo durante unas semanas más.
