Más de cuarenta personas de nacionalidad holandesa celebraron el Año Nuevo en la playa de l'Albir dándose un chapuzón en traje de baño o ataviados con algún disfraz. La actividad la organizaba el cámping Cap Blanch, que además ofreció un chocolate caliente para los participantes después del remojón.

«El agua estaba fresca pero no helada. A unos 17 grados», reseñó el director de este establecimiento, Vicente Ibáñez, que lleva promoviendo este baño multitudinario entre su clientela, procedente de Holanda, desde hace varios años. Una tradición muy arraigada en Holanda, donde el pasado viernes se bañaron más de 51.000 personas en diferentes puntos de su costa, donde el agua está mucho más helada.

«Es una cita perfecta para empezar el año bien espabilado y eliminar la resaca de la Nochevieja», bromeó Vicente Ibáñez, además de indicar que los participantes en la actividad que organiza muestran un gran sentido del humor con sus disfraces: «Algunos fueron con gorros de Santa Claus y otros con peluca. Hay quien se disfrazó de sirena, de monja... Además de mis clientes, vino gente de fuera», destacó.

Ibáñez recordó que antes había más locales de la playa de l'Albir que también mantenían esta tradición en tierras alfasinas. Por ahora, continúa su cámping con la actividad. Un ejemplo más del carácter internacional de la localidad de l'Alfàs del Pi.