El Juez de lo Mercantil 1 de Alicante aprobó el pasado 4 de diciembre el plan de liquidación de Olga Urbana, promotora del rascacielos In Tempo. Un auto que fijaba las bases del proceso de venta de este emblemático edificio en el skyline de Benidorm. Uno de los puntos de dicho documento indicaba que un mes después de la aprobación del plan (es decir, el próximo lunes) arranca el plazo para presentar propuestas por parte de los interesados, que se prolongará durante 3 meses, dando cabida a otros tres para una prórroga.
Algunos de los inversores que pretenden estas dos singulares torres de hormigón de más 200 metros están acudiendo a empresas locales, vinculadas con la obra, de cara a que les asesoren para presentar la mejor cifra. La constructora Coblanca de Benidorm, que contó con un 20% de las participaciones de Olga Urbana cuando se puso el primer ladrillo, es una de ellas. Se desvinculó del proyecto a causa de un concurso de acreedores en el que se encuentra inmersa. No obstante, sigue interesada en que se finalice la obra y se le dé salida, por lo que su departamento de ingeniería ha elaborado un estudio al detalle que analiza la situación del inmueble, los costes de su terminación (falta un 5% por acabar) y el marco urbanístico a nivel local que se debe de tener en cuenta.
«El comprador tiene que tener muy claro a qué precio está el metro cuadrado en Benidorm, las cantidades con las que podrá comercializar cada vivienda y cuánto le costará acabarlo. Atendiendo a todo esto, y a otros factores, tendrá que ver si le sale rentable e intentar que su oferta sea competitiva», determinan desde Coblanca.
Otro de los puntos que consideran clave es el tipo de uso que se le pretende dar al In Tempo. «No todos quieren destinarlo a apartamentos, que era la primera idea. Hay quien desea convertirlo en un hotel. En este sentido les informamos sobre las nuevas normativas que hay en relación a este tipo de establecimientos a nivel de la Comunidad Valenciana, como el Decreto Hotelero o la modificación puntual del PGOU que se ha realizado el Ayuntamiento, que inciden en el número de estrellas y en los tamaños que deben tener las diferentes dependencias», argumentan desde esta empresa, que de momento ya ha establecido contactos con una decena de grupos de inversión.
El estudio de arquitectura de Roberto Pérez Guerras, diseñador del In Tempo, también asegura haber iniciado conversaciones con más de 15 posibles compradores, tanto españoles como del extranjero. «Nos han contactado todo tipo de inversores. Hay unos norteamericanos que estaban interesados en hacer un apartahotel, y han encontrado más facilidades para llevarlo a cabo con el nuevo Decreto Hotelero. También se puso en contacto conmigo un grupo de inversión de Europa del Este que tenía intención de comprar el edificio y no comercializarlo hasta que el precio de la vivienda suba», manifiesta el propio Pérez Guerras.
Este arquitecto asegura que Olga Urbana le debe alrededor de 160.000 euros. Una pequeña porción de la deuda de 141 millones que arrastra, por lo que el juez ha optado por la liquidación de sus activos. El problema es que, tanto este profesional como Coblanca, consideran que el precio por el que se va vender este rascacielos no va a superar los 50 millones de euros, tal y como se encuentra la situación inmobiliaria.
Desde Coblanca esperan que nadie haya presentado una alegación de última hora contra el auto de aprobación del plan de liquidación, que posponga el inicio de la venta. «Tenían 20 días y no se nos ha notificado nada durante esta semana», dicen.
