Algo menos de 100 euros es lo que le ha costado al pueblo de Sella decorar sus calles este año. Es el dinero que ha tenido que desembolsar el Ayuntamiento para comprar tijeras, pegamento, pinturas y algunas telas. Las herramientas necesarias para convertir un buen montón de residuos que habían ido aglutinando (botellas de plástico, cajas, corchos, etcétera) en bonitos adornos navideños. Los artífices han sido los niños del pueblo que, en un taller impartido por la concejal de Bienestar Social, Vanessa Jaime, han confeccionado flores con la base de botellas de plástico, un muñeco de nieve con vasos también plásticos, estrellas navideñas con palos de madera o regalos con cajas de cartón y telas. «Las amigas de Vanessa también han echado una buena mano», destacan fuentes del equipo de gobierno que, desde las pasadas elecciones municipales, asume una agrupación de electores.

Esta iniciativa sostenible parte de un proyecto que lleva abanderando la nueva alcaldesa de Sella, María Milagros Llinares, desde septiembre. En ese momento recuperaron en el pueblo el bolseo, que consiste en que cada vecino deje en su puerta las bolsas de basura y un camión municipal pase a recogerlas. «De esta manera, eliminamos la mayoría de contenedores para que el pueblo se vea más limpio. Además, promovemos que la gente recicle, ya que los únicos contenedores que hemos dejado son los de plástico, vidrio, aceite y cartón. Con esta fórmula, los vecinos se ven obligados a separar sus residuos», manifestaron fuentes municipales, a la vez que añadieron que antes de las fiestas patronales solicitaron a las peñas que guardaran botellas, cajas, tapones, corchos, etcétera.

Con todo esto consiguieron reunir el material necesario para llevar a cabo este taller, «que también tiene como fin mostrar el uso que se le pueden dar a ciertos residuos si se reciclan», indicaron.

El curso se llevó a cabo durante el mes de noviembre y desde el domingo hasta ayer han estado decorando diferentes partes del pueblo con los resultados. Un engalamiento que completan con unas luces que les ha donado un particular, ya que su presupuesto para este fin era muy limitado. Los menores que han participado, según dichas fuentes municipales, van desde los 2 años a los 15. «Eran del pueblo y de los que vienen a visitar a familiares los fines de semana. Por esta razón, muchas de las sesiones se han realizado los sábados. La mayoría eran chicas pero eso, de cara al año que viene, lo tenemos que solucionar ya que la sostenibilidad es algo que nos concierne a todos», dijeron.