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Desde Benidorm con amor

El turismo de bodas cobra fuerza en la ciudad, sobre todo entre británicos y noruegos - Establecimientos hoteleros cifran en un 20% los enlaces de extranjeros que acogen al año

Desde Benidorm con amor

Los noruegos Martin y Martina, durante su noviazgo, siempre optaron por el sol de Benidorm para sus escapadas románticas. Por eso, recientemente eligieron la localidad mediterránea de los rascacielos para celebrar su matrimonio. Es más, se casaron en la planta más alta de uno de ellos, el Hotel Madeira. En su terraza llevaron a cabo una ceremonia con más de 40 invitados que les acompañaron en este viaje romántico desde Noruega y que pudieron ver cómo se daban el «Sí quiero» con el skyline y la isla de Benidorm de fondo.

Para el Madeira, según su director, Javier Gómez, se trataba de una experiencia nueva, ya que hasta ahora solo habían acogido enlaces de españoles. «No obstante, tras el éxito obtenido, estamos pensando en crear un departamento para coordinar este tipo de eventos con extranjeros», reseñan desde el hotel.

Y es que cuando comenzaron a planear este enlace se dieron cuenta de que en Benidorm las celebraciones de bodas de británicos y escandinavos se ha convertido en una nueva estrategia turísticanueva estrategia turística. Algunos establecimientos hoteleros han afirmado a este diario que el 20% de las ceremonias de matrimonio que han acogido este año han sido de conyúges de dichas nacionalidades. La mayoría de estos negocios turísticos coinciden en las razones que explican este auge: el buen clima, la gastronomía y, sobre todo, el buen precio de los vuelos.

«A los extranjeros les encanta hacer cosas diferentes para casarse y esto para ellos es una especie de Caribe. Un lugar exótico, a poco más de dos horas de avión», destaca la noruega Charlotte Boe, que desde 2011 viene organizando este tipo de enlaces en la provincia. Boe se encarga de todo: transporte, alojamiento, emplazamiento, anillos, decoración, fotógrafo, etcétera.

Este papel, a nivel internacional, se ha bautizado como «wedding planner». Una figura que está cada vez más extendida tanto en las Marinas (Baixa y Alta) como en el sur de la provincia, según algunos hoteleros. «Otra de las ventajas de esta comarca es que disponemos de dos sacerdotes noruegos que trabajan en las iglesias protestantes de La Vila y l'Albir. Muchos de mis clientes se los traen hasta el lugar de la ceremonia. Al año, en estas iglesias, registran una media de 50 bodas de noruegos. Antes eran cosas pequeñas y de residentes pero, poco a poco, la gente se está animando y haciéndolas más a lo grande», argumenta Boe.

En el Hotel Levante Club también han percibido un incremento en los últimos tiempos. Su experiencia es más con enlaces de británicos. De 20 que se celebran en sus salones al año, 4 ó 5 son de extranjeros. En uno de ellos llegaron a congregar a más de 400 personas. «Hay que tener en cuenta que muchos ingleses viven en la provincia, por lo que no todos vienen de fuera», explica el director del Levante Club, Manuel Fernández.

En el Hotel Villaitana el porcentaje de bodas que acogen anualmente es parecido, aunque el número de invitados suele ser más reducido. «Es gente de un nivel medio alto, que busca un escenario íntimo y una buena gastronomía», apunta Silvia Samso, directora comercial de este negocio, además de resaltar que con este tipo de público trabajan con mucho tiempo de antelación. «Estamos ya organizando una para 2017», subraya.

Charlotte Boe concreta que los extranjeros no solo quieren hoteles. Sus clientes también se decantan por algunas de las fincas que hay en Benidorm, «siempre que dispongan de vistas al mar y puedan realizar gran parte de la ceremonia al aire libre. Ellos aquí, muchas mañanas de invierno, pueden ir en manga corta. De hecho, en la última que hicimos a finales del mes pasado, hacía tanto sol que tuvimos que ponerles hasta un toldo para que no se quemaran», dice esta organizadora.

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