La Vila Joiosa ha descubierto un nuevo yacimiento arqueológico en una de sus investigaciones, esta vez, bajo la dirección de la especialista Ana Martínez. Consta de varios espacios que forman parte de un complejo de mayores dimensiones, probablemente un lugar sagrado, un templo o santuario urbano de época íbera, según detalló el Ayuntamiento vilero. «Se localizaba en el punto más alto de la ciudad íbera de Álon, algo frecuente en estos lugares», explicaron.

En las habitaciones excavadas se hallaron piezas singulares de gran calidad y están siendo restauradas en el laboratorio de Vilamuseu. La investigación de las piezas está dando ahora una fecha entre 350 y 300 a. C. para el momento de la última utilización del lugar. Su riqueza hace pensar que se trata precisamente de ofrendas: entre ellas, vasos cerámicos completos o grandes fragmentos, como vasos de figuras rojas procedentes del mundo griego o cerámicas decoradas íberas y de Ibiza, propias de lugares funerarios o sagrados.

Ahora, el inmueble va a destinarse a un aparthotel promovido por una promotora leonesa, El Cigarral de Cembranos S. L. Tras la excavación arqueológica previa y durante las posteriores obras del establecimiento, los restos del yacimiento han permanecido cubiertos y protegidos para no sufrir daños; La empresa ha querido conservarlas in situ en el hall del establecimiento.

Se encontraron muros realizados íntegramente en tapial y adobes, es decir, muros encofrados de tierra arcillosa y ladrillos sin cocer, materiales ampliamente empleados en la cultura íbera.

Una de las piezas más extraordinarias es una pequeña cabeza de terracota que representa a un joven con pelo rizado y sombrero de ala, que según especialistas consultados por Vilamuseu se corresponde probablemente con el tipo llamado «pastor beocio», con fecha de a mediados o en el tercer cuarto del s. IV a. C.