En autobús, en tren, en avión, en su propio coche... Alrededor del mil turistas del Imserso llegaban ayer a la Costa Blanca a través de diferentes medios de transporte desde varios puntos de España. Un total de dieciséis hoteles de esta área mediterránea -13 de ellos de Benidorm- daban la bienvenida a la primera hornada de visitantes de dicho programa que llegan este año con más de un mes de retraso. En la provincia la previsión era de 1.000 usuarios para ayer y 5.200 a lo largo de toda la semana, según el turoperador Mundosenior, actual cogestor del plan social del Ministerio.
La tardanza generada por las desavenencias entre las dos adjudicatarias del programa de turismo para mayores -Mundosenior y Mundiplan-, derivó en una valoración positiva, aunque con alguna connotación agridulce, por parte del sector hotelero de la zona.
El presidente de la patronal hotelera de la Costa Blanca (Hosbec), Toni Mayor, consideró que es «muy bueno que el programa haya echado andar ya, y ahora tendremos que esperar a que se normalice la ocupación conforme vayan llegando estos turistas», dijo. Mayor confía en que el Ministerio y los gestores del plan tengan en cuenta la petición de la Diputación de Alicante de tratar de que se llenen los cupos todas las semanas, sobre todo las más flojas turísticamente, con el fin de paliar un poco la pérdida generada al no empezar en octubre.
El director del Hotel Carlos I de Benidorm, Segundo Clemente, que aguantó a su plantilla cuando todo era una incertidumbre a base de agotar vacaciones, reseñaba ayer que se alegraba por el arranque, pero no cree en las fórmulas de compensación. «El tiempo perdido ya está perdido, y pienso que no hay nada que hacer», manifestó Clemente, que ayer recibió 60 clientes de este programa.
Algo más contentos se les veía a los empleados del Hotel Cabana, cuyos propietarios habían tenido que optar por el cierre y un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que dejaba a su plantilla fija, de manera momentánea, en el paro. En este establecimiento recibían ayer a varios grupos de distintas ciudades españolas, y con todos ellos sumaban cerca de 150 camas ocupadas. Para el lunes que viene, según fuentes del hotel, esperaban estar al 100% de ocupación, teniendo en cuenta que este negocio tiene una capacidad para unos 500 alojados. «Ha sido un alivio, porque llevo trabajando aquí desde los años 80 y era la primera vez que me veía sin trabajo de manera temporal», manifestaba uno de los recepcionistas. El Cabana es uno de los cinco hoteles de la capital turística de la Costa Blanca que se vio abocado a clausurar sus puertas hace algo menos de un mes, al estar especializado en esta época en visitantes del Imserso. Los otros cuatro (Alone, Calas Marinas, Antea y Olympus) volverán a abrir durante los próximos días.
El Cabana tiene previsto, a lo largo de esta semana, comenzar a reincorporar a personal eventual, que se sume a la plantilla indefinida que, según su dirección, ya estaba trabajando desde ayer.
Como portavoz de los hoteles Poseidón en Benidorm, Pedro Juan Devesa, valoró que el primer día, al menos en sus negocios, había sido «un tanto tibio» con los turistas de este plan social. No prevén terminar la semana con muchos más de 100, «aunque nosotros no vivimos solo del Imserso», apuntilló.
Desde la dirección del hotel Port Dénia indicaron que «nos ha llegado un 30% menos de lo que preveíamos», decepción que no sabían si atribuir a «la tardanza con la que se ha puesto a la venta el producto». Solo esperan que los próximos días, y «sobre todo el año que viene», todo vaya mejor. «Aquí lo hemos notado y quizá lo sigamos notando».
