Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) está buscando un espacio alejado del casco urbano de Altea para realizar las obras de restauración del puente del «trenet» sobre el río Algar, enmarcadas dentro de la restauración y electrificación del tramo de la línea 9 del TRAM que se está ejecutando desde mediados de octubre entre Altea y Calp a cargo de la UTE Tyosa-Comsa, adjudicataria de las obras.

Las protestas vecinales por contaminaciones acústicas, con un ruido superior a los 90 decibelios, y sobre todo respiratorias por los residuos suspendidos en el aire a causa de la limpieza y eliminación de la pintura del puente que se estaba realizando junto al polideportivo municipal, llevó a la paralización de estas obras por parte del Ayuntamiento de Altea el pasado 30 de octubre aunque continúan el resto de los trabajos en la vía. Desde entonces, FGV intenta buscar una solución tras las exigencias del Ayuntamiento enmarcadas principalmente en la protección medioambiental del entorno. Ayer, se celebró una reunión en Altea entre el alcalde, Jaume LLinares, y el gerente de FGV, Ángel García de la Bandera, para abordar el desarrollo de las obras.

Llinares señaló que «hemos tratado los problemas que está generando el tratamiento de recuperación que se le está realizando al antiguo puente del río, ya que se ha trasladado a tierra para decaparlo». El alcalde manifestó que «esta cuestión ya la previmos en su día y por eso mismo la abordamos en la primera reunión que mantuvimos con FGV, antes del inicio de la obras», y añadió que «les hemos recordado que tienen que existir todas las garantías de que esto no vaya a generar ningún problema, ni en los vecinos ni en el pueblo de Altea», razón por la que FGV «desplazará las obras del puente a otro lugar cercano al pueblo pero alejado del casco urbano todavía sin determinar, pues se necesitan permisos de otros organismos supramunicipales». «Seremos escrupulosos en el aspecto medioambiental y que el lugar donde hagan las obras cumpla todas las normas de recuperación de residuos, tanto enla contaminación acústica como medioambiental», concluyó el primer edil.