Los seis tapices donados por el historiador Pere Maria Orts i Bosch al Ayuntamiento de Benidorm ya están en el salón de plenos. Estas grandes obras recuerdan momentos históricos de la Comunidad Valenciana, y a ellos les tenía un gran aprecio ya que decoraban su casa de Valencia, el hogar en el que vivió hasta días antes de su fallecimiento, el 26 de febrero de este año. Éstos, junto a la escribanía naval y las medallas, entregadas por su hermana, se han inscrito en el inventario general y forman parte de la colección artística y patrimonial del Consistorio.

El primer día que se pudieron ver los tapices en el salón de plenos fue ayer, cuando se hizo la presentación oficial de los mismos, con la presencia de las autoridades municipales, la hermana del historiador, Josefina Orts i Bosch, y el hijo de ésta, Vicente Ibáñez Orts. Pero para llegar a este momento, el recorrido no ha sido rápido. Según explicó Antonio Couto de Granja, del Archivo Muncipal, desde el 19 de octubre las obras estuvieron durante dos semanas en Valencia, tratando de solucionar los problemas derivados del paso del tiempo y el sistema de suspensión. Se pretendía mejorar su conservación y ahora están en perfecto estado.

Agradecimiento de familiares

Benidorm sigue devolviendo el reconocimiento y devoción que sentía Pere Maria Orts y Bosch hacia el municipio. «Si nos está viendo, seguro que lo hace muy contento de ver cómo le recuerdan», dijo su hermana durante su discurso emotivo. En él, rememoró con cariño que ella era la persona a la que más quería Pere Maria Orts i Bosch. Destacó su gran memoria y cómo esto le había servido para su formación.

Habló sobre por qué quiso ella donar las medallas obtenidas en la carrera de su hermano: «Le encantaba que le premiaran, pero una vez que las tenía, las guardaba en un cajón y no las volvía a sacar. Así que prefiero que ahora les dé el aire», dijo Josefina con una sonrisa. La entrañable hermana del historiador despertó el aplauso de los presentes durante un minuto, tras pronunciar sus últimas palabras ante los asistentes: «Gracias a todos por la atención con la que me acaban de escuchar».

Durante el acto, también habló el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, que remarcó la figura del historiador como una de las más relevantes para la ciudad.

Una persona para la que no le faltó adjetivos a la hora de describirle: «Era un hombre sabio, generoso, muy inteligente, discreto, austero, bueno, altruista, apasionado de la localidad, de nuestra historia y nuestra lengua». Un parlamento pronunciado completamente en valenciano en el que reconoció que «es un orgullo contar con un vecino tan ilustre».

Momentos históricos

Todos los tapices recrean momentos históricos de la comunidad Valenciana. El primero que se observa en la pared de la izquierda del salón de plenos, es el titulado «Consulado de Mar, Valencia. Pedro rey». Éste, como todos los demás, están realizados por la Real Fábrica de Tapices de Madrid. El siguiente, tal y como explica el cartel colocado a su lado, es el rey Alfonso el Magnánimo y la Reina Maria asistiendo a misa en la capilla del palacio del Real de Valencia. La reproducción de una escena del Libro de Horas de Alfonso el Magnánimo, conservado en el British Library de Londres, en el códice valenciano iluminado del s. XV.

El tercero, el que precede a los dos que se ven tras el asiento del alcalde, es la «Proclamación del rey Carlos III el día ocho de agosto del año 1705 en la plaza mayor de Denia». Ahora sí, tras la mesa presidencial está «Jaime I a caballo en la batalla del Puig», una reproducción de la misma escena del retablo del Centenar de la Ploma, conservado en el Victoria and Albert Museum de Londres. Un lienzo más bélico que los anteriores y que muestran mayor crudeza. Lo mismo ocurre en el del lado derecho con «Orihuela asediada por las tropas del rey Pedro I de Castilla en el año 1365».

«El rey Jaime I a caballo en la batalla del Puig», una reproducción de la misma escena del Libro de Horas de Alfonso el Magnánimo, del British Library de Londres, incluido en el códice valenciano iluminado del s. XV) se encuentra al final de los asientos del público puesto que la ubicación dependía de las humedades de las paredes.