La fortaleza de Altea fue recuperada al mediodía de ayer por las tropas cristianas comandadas por la reina Maica Botella, de Els Cebers, y su comandante en jefe, el embajador Vicent Devesa.

En la plaza de la iglesia se rememoró la lucha de hace más de seis siglos para reconquistar Altea que se encontraba en manos de los moros. En el castillo, el rey moro, Gonzalo Muñoz, de la Cora d'Algar, se resistía contra los cristianos que avanzaban por las empinadas calles de Altea. En un momento de tregua el embajador Vicent Devesa, «El Cossiet», pedía la rendición mora y parlamentaba con el rey de La Cora que se encontraba en lo alto de la muralla acompañado por su personal de confianza. Finalmente ante la negativa del rey moro, se entabló de nuevo la batalla en la que salieron vencedores los cristianos. Por la noche, Altea vivió uno de los momentos cumbres de estas fiestas con la Entrada Mora donde los protagonistas del desfile fueron las filaes Mitja Lluna, Sarraïns y Cora d'Algar. La primera estaba representada por María Falgás que abría la Entrada como abanderada mora de la Associació de Moros i Cristians Sant Blai. A ella la seguían los miembros de su filà y las filaes Tuareg, Moros de Bernia y Guardia Negra. Después apareció la niña de 5 años Julia Mora montada en una carroza desde la que saludaba al público.

A continuación aparecieron las filaes de Moros Berebers, Moros d'Arsem y Moros Malvins que daban paso al gran boato de la Cora d'Algar con sus cargos festeros el abanderado José Triguero, la embajadora Carmen Orozco y el rey Gonzalo Muñoz que subyugaron al público por su espectacularidad.