Cientos de personas se echaron ayer por la tarde a la calle para presenciar la «Entrà de la Murta», que inició las fiestas patronales de Altea en honor al Cristo del Sagrario. El acto, dedicado principalmente a los niños, comenzó a las 18.30 horas en el aparcamiento de la Facultad de Bellas Artes y recorrió las calles La Nucia, Pont de Montcau y Jaume I hasta la Plaça dels Esports. Por otro lado, a las 9 de la noche arrancaron las fiestas de Moros y Cristianos en honor a Sant Blai con la imposición de banderolas a los estandartes de las filaes como paso previo al pregón de fiestas que, desde el balcón del Ayuntamiento, pronunció el ex presidente de la Associació de Moros i Cristians Sant Blai, Jordi Picó.

La comisión de fiestas del Cristo del Sagrario preparó una cabalgata de la «Entrà de la Murta» para disfrute de todos los públicos. Las mayoralas iban a pie repartiendo regalos, mientras que las reinas mayor e infantil, junto a sus damas de honor, montaban sobre sendas carrozas desde las que echaban confeti y regalos para los niños. En cuanto al pregón de fiestas, Jordi Picó hizo un balance de su actividad como presidente de la Associació y de cómo fueron sus inicios festeros cuando siendo niño entró en la filà Cora d'Algar. Picó se autodenominó «un activista de la Fiesta» con una actitud «de trabajar altruistamente por nuestro pueblo y por el bien común de los demás». Le dedicó unas palabras de agradecimiento a su mujer Paqui, con la que se casó hace tres meses, «por ser mi asesora en la etapa de presidente». Y se dirigió a los festeros pidiéndoles que «todos seamos activistas y nos involucremos en las actividades de nuestro pueblo para que Atea viva en su plenitud». Picó mostró su orgullo de ser un enamorado de su pueblo. «Soy de pueblo, no soy aldeano», remarcó.