De pelo blanco y largas piernas, a bordo de una motocicleta gigante y con una sonrisa infinita promocionado Aqualandia. Así recuerda el pueblo de Benidorm a Guillermo Alcaraz, uno de los iconos más valorados por vecinos y foráneos en la capital turística de la Costa Blanca. Ayer falleció a causa de una grave enfermedad a la edad de 81 años. Pero no faltaron los halagos y las muestras de cariño hacia su figura.

Los que lo conocían en la cercanía destacan de él su buen corazón, honestidad y amabilidad. Unas cualidades también percibidas desde la distancia por los que han crecido viendo a Guillermo repartir globos y descuentos de Aqualandia a los más pequeños.

«Las calles de Benidorm brillarán menos sin él», «Crecimos viéndote cada día, nos alegrabas la vida» o «Benidorm no te va a olvidar nunca» eran algunos de los comentarios que vecinos de la ciudad dejaron escritos en las redes sociales. Asimismo, expresaron sus condolencias a la familia y de forma cariñosa se referían a él como «pataslargas».

Guillermo trabajaba para Aqualandia, «sacando el parque a la calle y repartiendo alegría de una forma muy singular». Con estas palabras valoraban ayer desde el parque su figura y su trayectoria: «Pertenece a una familia de artistas y ha participado en espectáculos dentro y fuera del parque a lo largo de su recorrido profesional. Con nosotros estuvo casi desde que el parque abrió, se incorporó en 1989 y hasta el pasado año estuvo recorriendo la ciudad animando las calles», recuerdan.

Por su parte, desde el Ayuntamiento valoraban que era «una persona que hace ciudad, siempre con una cara amable y un comentario alegre». Asimismo, desde la asociación de comerciantes Aico de Benidorm, destacaban ayer que además de ser una persona muy conocida tenía «muy buen fondo y una gran personalidad». Benidorm entero dio ayer el pésame a la familia, a través de sus palabras de cariño.