Cada mañana de verano hay bañistas que bajan a la playa sobre las 7 de la mañana para ser los primeros en colocar la sombrilla, creando así la conocida como «primera línea de playa». Una barrera que año tras año incumple con la normativa impuesta por Costas que obliga a dejar seis metros de arena libre entre la orilla y los primeros bártulos de los bañistas. Un espacio importante para el paso de los servicios de emergencia, que el año pasado existió durante un día, después de que el gobierno anterior mandara a la policía de playas a poner orden. Algo a lo que se vieron obligados al recibir una notificación de Costas que les instaba a cumplirlo. Este año, con el PP liderando la Corporación municipal, no se plantean este extremo y su intención es ir informando a los bañistas de la importancia de este espacio para su seguridad.
«Es imposible que con los dispositivos policiales que tenemos en la actualidad, dediquemos parte de su tiempo en controlar que todo el mundo cumpla con los seis metros», afirmaron fuentes municipales a este periódico, quienes aseguraron que su prioridad es la de perseguir a las personas que están vendiendo bebidas, comida y ropa de forma ilegal en la arena, o los robos que se producen cada semana en esta zona.
Fuentes consistoriales apuntan a que es raro que una playa cumpla con esta obligación. No obstante, el Ayuntamiento tiene que velar por la seguridad de miles de personas que se divierten cada año en los seis kilómetros de playa que posee, una de las más frecuentadas a nivel nacional. Conscientes de ello, el edil de Playas y Seguridad, Lorenzo Martínez, confirmó a este diario que van a tomar medidas, aunque reconoció que para este verano no llegarán a tiempo.
Campaña de concienciación
El Consistorio quiere empezar en octubre con una campaña de concienciación a los usuarios de las playas. Hacerles entender que dejar este espacio libre es prioritario para su seguridad. Es más, desde la concesionaria del servicio de socorrismo aseguraron a este periódico que durante este verano los sanitarios están teniendo problemas para colocar las camillas y atender de una manera decente a los bañistas por la estrechez de este espacio.
Una cuestión que según comentan estas mismas fuentes de la empresa, también está afectando a sus clientes. «Se enfadan porque no quieren tener a nadie delante y hay veces que mueven las hamacas para acercarse a la orilla o tienen discusiones con los bañistas que se colocan enfrente porque no entienden por qué ellos no pueden y los demás sí», manifestaban desde la mercantil. Éstos aseguran que por culpa de las trifulcas, el número de clientes ha caído un 15 % este verano. Y es que el Ayuntamiento sí que hace cumplir a la concesionaria con este espacio.
