Los bares conforman, sin duda, la actividad principal por la que un empresario apuesta cuando pone su mirada en Benidorm. Al menos así se refleja en las estadísticas recogidas por el área de Comercio del Ayuntamiento de Benidorm. De 1999 a esta parte no se han percibido cambios significativos en la mayoría de negocios de la capital turística. El número de establecimientos en cada actividad apenas ha variado. Los bares son la gran excepción. En los últimos dieciséis años han aumentado un 29% este tipo de locales en el municipio benidormense, de 485 en 1999 a los 625 que hay registrados actualmente.
Fuentes de la concejalía de Comercio argumentan que en Benidorm, en los últimos años, el concepto de bar es muy recurrido a la hora de emprender por el poco grado de especialización que exige para sus empleados, como ocurre en el caso de los restaurantes, y por la rentabilidad que le sacan en épocas de verano a una inversión que no suele ser tan grande.
No obstante, también indican que aunque el número crece, son muchos los que resisten pocos meses al no ver los propietarios sus expectativas cumplidas. «Hay que tener en cuenta que Benidorm es una ciudad en la que siempre hay movimiento, incluso en época de crisis, ya que se trata de un destino relativamente económico. Mucha gente que no encuentra futuro en sus lugares de origen viene aquí y piensa que puede montar un negocio que funciona. Lo más fácil, sin duda, en el sector turístico, suele ser un bar», argumentan.
El periodo de vida de un bar en Benidorm viene condicionado por diferentes factores, entre los que se encuentran la propia visión de futuro del empresario, el lugar donde esté instalado o la evolución del mismo.
Es decir, hay zonas de la capital turística que en los últimos años han experimentado cambios urbanísticos, casi siempre a mejor. Las más destacadas han sido la calle Alameda, que se peatonalizó, y la avenida Armada Española, que se ha beneficiado de la construcción del Paseo de Levante.
En este último lugar, desde que se acabaron las obras, se ha dado una gran proliferación de aperturas de viejos locales que llevaban tiempo cerrado. También desde que se han instaurado allí negocios de grandes firmas comerciales como Carrefour o Ale-Hop. De hecho, en lo que va de año, según fuentes de la concejalía de Comercio, se han tramitado 13 licencias de apertura. Puntualizan que entre ellas hay que contar nuevos locales y transmisión de propiedades entre empresarios, «un fenómeno también muy típico en Benidorm», puntualizan.
Pequeñas dosis de innovación
El presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Caferías de Benidorm (Abreca), Javier del Castillo, es consciente de la tendencia al alza de este tipo de negocios, «pero se echa en falta un poco de innovación, ya que la mayoría apuestan por la caña y tapa a un euro, por el plato combinado... Van a lo fácil». Sin embargo, Del Castillo también resalta que existen algunas excepciones. «Hay quien está apostando por conceptos nuevos como el de los gastrobares. Tenemos que intentar tener una oferta variada en Benidorm, para evolucionar de cara a los clientes. Aquí hay público para todo. De hecho, un socio de Quique Dacosta va a montar un restaurante de alta gama en primera línea de Levante», anuncia.
