Veintinueve años de vida y el Castell de l'Olla sigue sorprendiendo a los miles de espectadores que cada año acuden a presenciar en directo este evento pirotécnico considerado como uno de los más espectaculares del mundo por ser lanzado enteramente desde el mar.

El pasado sábado por la noche se congregaron más de 40.000 personas en Altea para ver el castillo de fuegos artificiales que se lanzó frente a la playa de La Olla en la perpendicular entre la «illeta» y Villa Gadea. A las 12 en punto de la noche el pirotécnico Ricardo Caballer lanzó la primera palmera a mas de 200 metros de altura sorprendiendo gratamente a los espectadores que, expectantes, ya se habían instalado cómodamente en la playa o en los jardines de Villa Gadea para disfrutar de un evento que muchos conocen, pero que otros tantos disfrutarían por primera vez con curiosidad.

Durante 19 minutos la bahía de Altea estuvo iluminada por el espectáculo que preparó el pirotécnico Ricardo Caballer con una gran variedad de figuras geométricas como rombos y círculos en combinación con numerosas palmeras de distintos diámetros, además de las clásicas colas de pavo real propias del Castell de l'Olla, y otros elementos que a modo de medusas subían hacia el cielo desde el mar.

Sinfonía

La sinfonía de luz, color y sonido combinado de truenos y silbidos creó en el cielo un mosaico multicolor que hasta en cuatro ocasiones fue aplaudido. Todos, los veteranos espectadores y los novatos, quedaron gratamente satisfechos. Algunos llegaron atraídos por las noticias que habían leído en INFORMACIÓN como era el caso de la familia mutxamelera de Isabel o el de Pedro que había llegado desde Orihuela con los suyos «para pasar una tarde agradable de playa y disfrutar de los fuegos a la fresca». Otros como Pierre, que con su mujer e hijos programaba sus vacaciones para estar en La Olla en las fechas del Castell desde que lo vio por primera vez con sus padres hace 20 años. Y otros como Carlos, Ángeles, Pepe o Luisa que lo veían desde el principio y que siempre se sorprendían «positivamente».

Que el Castell de l'Olla goza de fama internacional nadie lo duda. Y que es uno de los eventos turísticos más importantes de la Comunidad Valenciana, tampoco. La asistencia masiva de gente con unas cifras que oscilan entre los 30.000 y los 50.000 espectadores desde hace 25 años es una prueba de que el Castell de l'Olla es un atractivo turístico de primera magnitud. Y ello ha llevado a plantearse que con motivo de la trigésima edición que se celebrará en 2016 se inicien los trámites para solicitar la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional a este evento que ya está en posesión de la Medalla al Mérito Turístico de la Diputación Provincial de Alicante, está calificado por el Consell Valencià de Cultura como «Bien Etnográfico de Interés Cultural», y posee el premio «Importante» del periódico INFORMACIÓN.

Asistentes

A presenciarlo, asistieron el alcalde de Altea, Jaume Llinares; el conseller de Economía y Turismo, Rafael Climent; el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues; el secretario autonómico de la Consellería de Educación, Miguel Soler y los diputados nacionales Joan Baldoví y Gerardo Camps. El subdirector de INFORMACIÓN, Javier Izquierdo, y el jefe de sección de Economía y Política, Pere Rostoll, también asistían por primera vez a ver en directo este evento pirotécnico único en la Comunidad Valenciana y, probablemente, en el mundo.

El presidente de la Cofradía del Castell, organizadora del evento, José Pérez Gorgoll, afirmó que cada año «se supera el Castell a pesar de la dificultad de dispararse en el mar». Pérez agradeció la colaboración del Ayuntamiento de Altea, la Agencia Valenciana de Turismo de la Generalitat Valenciana, el Patronato de Turismo Costa Blanca y Caixaltea entre otros organismos y entidades «que sin ellas no se podría continuar», aseveró.