El oleaje arrastró en la madrugada del jueves al viernes un delfín listado muerto hasta la playa de l'Albir. El ejemplar llevaba ya varios días muerto y, aunque estaba entero y no había empezado a descomponerse, sí estaba muy hinchado. Es habitual que los delfines enfermos se acerquen al litoral para morir y queden varados en las playas.