A pesar del frente común que realizó el Ayuntamiento de Benidorm con los hoteleros y las comunidades de propietarios contra el nuevo deslinde propuesto por Costas, dicha Dirección General del Ministerio de Medio Ambiente ha tumbado la batería de alegaciones presentadas contra el mismo a finales del pasado año.

La concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles, anunció ayer que a mediados de julio la administración estatal le hizo saber al Consistorio que desestimaba todas sus apreciaciones, que tenían como base un informe realizado por el área municipal de Arquitectura y Urbanismo. Unas alegaciones que contaron con 93 escritos de adhesión tanto de la patronal hotelera Hosbec como de hoteles, administraciones de fincas, comunidades de propietarios e inmuebles afectados. En dicho documento se subrayaba cómo la nueva línea trazada por Costas afectaba a la mayoría de edificios situados en vías de primera línea como la avenida de Alcoy y de Madrid, y de la calle Verge del Sofratge. También perjudicaba a zonas como punta Canfali y punta Llisera. En total, se veían afectadas 3.000 unidades catastrales, entre viviendas y unidades de alojamiento turístico. Además, la titularidad del paseo marítimo, con el nuevo deslinde, pasa a ser del Ministerio, por lo que, según el Consistorio, «cambiar una farola entrañará trámites muy farragosos».

La carta que le queda por jugar al Ayuntamiento, antes de que el desentendimiento pueda llegar a los tribunales, es presentar un recurso de reposición sobre el nuevo deslinde, en el que solicitarán que se mantenga la demarcación que había hasta ahora, que es la que se llevó a cabo en 1964 y en la que se basó el PGOU de 1990. Asimismo, pedirán que se deje también dentro del dominio público marítimo-terrestre las avenidas de Alcoy y Madrid, y la calle Verge del Sofratge.

Lourdes Caselles explicó que también han solicitado reuniones con Costas y el Ministerio para agotar todas las vías administrativas. «Si eso no funciona nos veremos obligados a acudir al contencioso-administrativo, ya que este deslinde no tiene sentido y no atiende a las necesidades de una ciudad como Benidorm», manifestó. De manera muy resumida, el nuevo deslinde de Costas traslada la línea que delimita el dominio público marítimo-terrestre del borde del paseo con la arena a la fachada de multitud de edificios de primera línea.

Primeros problemas

La responsable de Urbanismo indicó ayer que con este planteamiento «hay edificios que no pueden ni rehabilitar sus balcones, por lo que van a sufrir no sólo un menoscabo estético sino también de seguridad». De hecho, la edil apuntó que Costas ha denegado a una comunidad de propietarios de la zona de Poniente hacer obras de conservación en su balconada.

Fuentes del Ministerio, en su momento, desmintieron muchas de las críticas realizadas por el Consistorio y aseguraron que en los inmuebles que se vean afectados por la zona de servidumbre de protección «se pueden realizar obras de conservación, mantenimiento, reparación y mejora, siempre que no implique un aumento de volumen».

La tramitación del nuevo deslinde contó con dos fases de alegaciones. En la primera, el Ministerio tuvo en cuenta las referidas al Hotel Selomar, situado en el paseo de Levante, y a un bloque de apartamentos, ubicado en el casco antiguo, dejando ambas construcciones desafectadas.

Según fuentes del área de Urbanismo, «si echamos la vista atrás, la posición de Costas no tiene ningún sentido. La primera ley moderna del Suelo en España es de 1956 y la de Protección de la Costa de 1969. El ejemplo piloto que se tomó fue el de Benidorm, en el que ya se estimaba la no afección de los edificios situados en primera línea», argumentaron las mismas fuentes.