Como un jarro de agua fría ha caído sobre el nuevo Ayuntamiento de Altea, gobernado por la coalición Compromís, PSOE y Altea amb Trellat, saber que las obras de rehabilitación del frente litoral se realizarán en la mitad de la zona prevista en un principio, que contemplaba crear una playa artificial de cantos rodados con una longitud de 1.650 metros (entre la desembocadura del río Algar y el puerto pesquero) y 40 metros de anchura. Además de eliminar la laguna conocida como «el charco», amén de construir varios diques para proteger la playa.

El alcalde de Altea, Jaume Llinares, señaló ayer que el ministerio de Medio Ambiente y el anterior equipo de gobierno local «esperaron al último día de la pasada legislatura para dar a conocer que la actuación solo se hará en el "charco" y que la playa prevista se reduce de los 40 metros de anchura a los 30 metros, además de que los cantos rodados serán de 12 centímetros de diámetro y no de 6 como figuraba en el proyecto».

Llinares informó que ha pedido a Costas que se amplíen las bocanas del espigón para facilitar la circulación del agua y «evitar los malos olores».