El portavoz del gobierno y concejal de Movilidad de Benidorm, José Ramón González de Zárate, aseguró ayer que sus técnicos están elaborando los correspondientes informes para plantearse una posible supresión de la adjudicación del servicio de la Zona Azul y la Grúa a la UTE Sice-Aplausa, ya que, según este edil, está sujeta a un pliego de condiciones «sangrante» y «leonino» para los ciudadanos de este municipio. De hecho, remarcó que ellos votaron en contra.
El portavoz indicó que han solicitado que se elabore un estudio para saber cuánto dinero le costaría al Consistorio benidormese romper con esta relación contractual y si saldría a cuenta en función de los beneficios que repercutan en la ciudad. «Tenemos claro que, seguramente, el resultado de estas valoraciones exponga que hay que pagar un dineral para excindir. Por lo tanto, probablemente, nos toque continuar 10 años con este contrato que aprobaron el señor Agustín Navarro y la señora Gema Amor, y que ahora nos tiene atados de pies y manos», expresó González de Zárate. «No obstante, nuestra intención es estudiar con la concesionaria todos los cambios posibles para mejorarlo», añadió.
Entre las críticas que el concejal de Movilidad le encuentra al pliego de condiciones están las que tienen que ver con la tarjeta de residente. Por un lado, indicó que los vecinos de la zona centro y del casco antiguo, que se benefician de la rebaja del 17% de la tarifa, disponen sólo de 329 plazas. El Ayuntamiento estimó que en esta parte de la ciudad habrá alrededor de 15.813 residentes. «Con estas cifras entendemos que lo de la zona azul es un engañabobos. Ni poniéndose cuarenta coches, uno encima del otro, tendrían sitio para aparcar», reseñó el concejal, a la vez que apuntó que hasta la fecha se han tramitado 51 tarjetas de residente pero «cuántos vecinos van a solicitar dicho documento cuando no tienen la garantía de que vayan a poder estacionar».
Por otro, calificó de «injusta» la medida, puesto que la ampliación de áreas con zona azul abarca muchas más zonas de la ciudad como el Rincón de Loix y La Cala, cuyos residentes «deberían tener los mismos derechos». Para solucionar este asunto pretenden modificar la ordenanza fiscal, con el fin de que todos los vecinos de la ciudad afectados por el aparcamiento regulado puedan acceder a la tarjeta de residente.
«También queremos analizar si las nuevas áreas con zona azul son realmente necesarias. Para eso creemos que se debería haber hecho antes el PMUS que se comprometió a elaborar la UTE, ya que así veríamos si se precisa en esos lugares que exista aparcamiento rotatorio o solo es para que algunos tengan beneficio económico», subrayó González de Zárate.
Este mismo concejal fue bastante crítico con varias declaraciones que realizó el pasado jueves el portavoz del PSOE, Rubén Martínez, cuestionando varios aspectos del servicio de la ORA. «Creo que tiene un gran desconocimiento de un tema que él aprobó cuando estaba en el gobierno», precisó. Entre otras cuestiones, aludió a las críticas del socialista sobre la idoneidad de la nueva ubicación del retén de la grúa en la zona del Salto del Agua. «Martínez, el 19 de mayo, cuando se emitió la solicitud de compatibilidad urbanística, era el concejal de Urbanismo. También lo era cuando el 21 de mayo se pidió el cambio de ubicación del depósito y el 29 de mayo cuando se solicitó la licencia ambiental. No entendemos a qué vienen estas críticas», aseveró, además de adelantar algunas medidas para que la salida de las grúas de ese retén no afecte a la de los estudiantes de los institutos de este lugar y a los usuarios del Palau d'Esports de l'Illa.
Por su parte, la UTE Sice-Aplausa manifestó que se está ciñendo a seguir a rajatabla el contrato y que está estudiando con el Consistorio la modificación de algunos aspectos del contrato, siempre con el objetivo de mejorar el servicio.
