«Es una barbaridad, triste y duro». Así calificó la situación vivida la semana pasada en la protectora de animales de La Nucía su presidenta, Belén Núñez. Y es que en tan sólo dos días recibieron en el refugio 74 cachorros. Una situación de urgencia para la que encuentran varias causas, entre ellas, la cercanía de las vacaciones de verano y la falta de concienciación de los ciudadanos. «Muchos de ellos dicen que es por la crisis, yo ya me río de ella, es una excusa más», dijo indignada.

«Cada hora o media hora veíamos que entraba alguien por la puerta con una cesta y ya imaginábamos que podían ser más cachorros», relató Belén sobre los dos días que vivieron la semana pasada. La entrada de estos perros recién nacidos es alarmante, teniendo en cuenta que de normal en invierno pueden acoger al mes unos 70, según detalló a este diario su presidenta. Además, apuntó que en Semana Santa ya vivieron una situación igual y en verano suelen barajar cifras entorno a los 150 al mes.

Belén Núñez le encuentra explicación a este triste fenómeno, principalmente en la falta de concienciación en la ciudadanía española: «Se creen que los animales son menos que los seres humanos y por ello tienen derecho a tratarlos así», dijo. Y opinó que la mayoría de los casos que ocurren ahora, están relacionados con dueños que en navidades recibieron como regalo una mascota y en vacaciones no saben qué hacer con ellos, tanto con perros como con gatos. Un ejemplo que puso es el caso de un can de raza carlino que se encontraron en la estación de autobuses de Benidorm en plena vorágine de llegadas. «Se trata de un perro que cuesta mucho, nos sorprende que lo hayan abandonado de esta manera», manifestó a este diario.

La protectora se encarga de todos los cuidados de estos animales, la comida, las vacunas y todo tipo de atención sanitaria y de higiene. Funciona gracias a las donaciones de socios y ciudadanos. Normalmente, trabajan con casas de acogida, y más ahora con la situación de urgencia en la que se hallan. De esta forma, diversas personas llevan a sus hogares a los animales para cuidarlos durante todo el día sin necesidad de gastarse el dinero en ellos, ya que es la protectora la que cubre las necesidades del animal.

Según explica la presidenta, se trata de un voluntariado formado por unas 30 personas, la mayoría de ellos holandeses. Es más, una asociación radicada en este país pone en contacto a interesados en estos animales con la protectora y se los llevan hasta su ciudad.