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Benidorm

En tránsito laboral

Muchos jóvenes licenciados quieren incorporarse a un empleo relacionado con sus estudios

Rosa Navarro. Psicóloga y encargada de tienda.

El futuro es incierto, pero a la mayoría de personas les gusta imaginarlo. De eso saben mucho jóvenes de Benidorm que se licenciaron en lo que más les gustaba en plena crisis, y ahora, trabajan en empleos que no están relacionados con sus estudios y que consideran temporales hasta que la situación mejore. Fundamentalmente han encontrado empleo en el sector servicios, el que predomina en Benidorm. Trabajan como dependientes, camareros, recepcionistas de hotel..., al igual que muchos estudiantes que ahora, en temporada alta, aprovechan la oportunidad laboral que ofrece esta actividad para sacarse un dinero que les permita pagar sus estudios.

Entre los recién licenciados, algunos benidormenses terminan emigrando o en empleos dirigidos al turismo, casi siempre con el objetivo de incorporarse en un futuro en los encuadrados en su profesión. Este es el caso de Rosa Navarro, de 32 años, licenciada en Psicología y máster en Salud Sexual y Docencia.

Comenzó en una tienda, de la que ahora es encargada, como forma de pagar sus estudios, y aunque sigue con la intención de retomar su profesión, también confesó que «este trabajo me gusta, el salario está bien y al final da miedo lanzarse a la aventura de emprender una empresa cuando esto lo tienes seguro». Y es que, para trabajar como psicóloga sólo ve la salida de montar su propia consulta. Rosa Navarro vive con su novio, Jaime Íñigo, de 31 años, que en la actualidad trabaja en un restaurante de comida rápida, pero es licenciado en Derecho.

Máster para progresar

Paralelamente cursa un máster con la intención de hacer prácticas y tener más fácil optar a un puesto de trabajo en su especialidad «porque no me veo con 50 años en el restaurante». Los recién licenciados también se encuentran en un limbo por elegir la carrera que les gusta, pero que no es la que más salidas tiene. Este es el caso de Blanca Domínguez, de 23 años, lleva casi dos meses de recepcionista en un hotel. Es historiadora y arqueóloga.

Ha estado entre otras campañas, en las excavaciones del Tossal de la Cala de Benidorm. «El hotel lo veo como algo temporal, estoy a gusto, pero quiero dedicarme a lo que he estudiado seis años», explicó. Y es que, a pesar de que en los últimos años se le ha dado más importancia a la historia de Benidorm con la creación de la Concejalía de Patrimonio Histórico, se sigue dependiendo de las becas, y siempre como algo eventual que rara vez sirve para aspirar a un contrato de trabajo. Aun así, no quiere emigrar: «me gustaría trabajar aquí y formar parte de la historia de la ciudad», manifestó.

Mientras tanto, los que se fueron tienen la esperanza de volver. Así lo siente la arquitecta Raquel Llorca, de 27 años, que trabaja en su profesión en Múnich (Alemania), una ciudad que vive la época de crecimiento que experimentó Benidorm en los años 60. Llorca decidió quedarse allí tras hacer prácticas en un estudio de Zurich en 2012, cuando el sector de la construcción ya estaba en crisis. «Benidorm no ha llegado a parar del todo, aunque también le ha afectado la crisis. Aun así, creo que habrá trabajo por las obras menores como reformas o rehabilitaciones». Todos ellos se encuentran en un tránsito laboral con la esperanza de trabajar en su profesión tras la crisis. Rosa, Jaime Íñigo y Blanca están viviendo esta transición en su ciudad. Pero, Raquel es una joven que, como muchos españoles, han tenido que cruzar las fronteras para encontrar un empleo.

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