Tres exdirectivos de Terra Mítica derivaron la responsabilidad del control de los sobrecostes y las facturas que se abonaron durante la construcción del parque temático en el que fuera director económico-financiero Miguel Izquierdo, que no está imputado en la causa contra 35 imputados por el supuesto fraude de 4,4 millones de euros mediante la presentación de facturas falsas.

Izquierdo compareció ayer, en calidad de testigo, en el juicio que se celebra en la sección quinta de la Audiencia de Valencia para defender la honestidad de su gestión y el rigor en el control de las obras. «En ningún caso se pagaron facturas falsas», respondió Izquierdo de forma rotunda a preguntas de la fiscal y de la Abogacía del Estado. Tampoco sospechó de las supuestas irregularidades.

«¿Sospechó de la confabulación que la acusación pública dice que existía en Terra Mítica para defraudar a Hacienda?», le preguntó el letrado de uno de los 35 acusados. «No, no sospeché nada».

El ex director económico-financiero de Terra Mítica explicó al tribunal que existía «un control riguroso del gasto» en el parque. «La comisión ejecutiva era la que hacía la labor de seguimiento y estaba absolutamente informada de todo lo que se hacía, yo creo que exageradamente».

Miguel Izquierdo devolvió en cierta manera la pelota al tejado del que fuera director de contratación (Justo Valverde) y al entonces director técnico (Antonio Rincón) al defender que él firmaba facturas que venían avaladas por ellos. «No tengo ninguna duda de las firmas de ambos y de que tanto Rincón como Valverde habrían comprobado de que todo estaba hecho», explicó en varias ocasiones.

Un rigor que se relajó, en cierta manera, cuando se decidió agilizar las obras para inaugurar el parque en la fecha prevista (verano de 2000). «Acelerar las obras tenía un sobrecoste pero suponía comenzar a tener ingresos antes, así que el consejo de administración, tras pedir informes, decidió acelerar las obras y eso supuso incrementar el coste. Hasta de la luz, porque los obreros trabajaban de noche».

Una decisión que tampoco provocó diferencias técnicas entre el entonces director económico-financiero y el exdirector general de Terra Mítica Miguel Navarro que Izquierdo no ocultó ayer. «Eran discrepancias técnicas, no personales, sobre el modelo de parque y el ritmo de desarrollo», aclaró.

«En Terra Mítica se arrastró con un master plan estimativo. Queríamos gastar lo menos posible, pero después se hizo un parque distinto al masterplan, más ambicioso y con el que yo no estaba de acuerdo», admitió ante el tribunal. De ahí que defendiera que «no hubo sobrecostes (en Terra Mítica) ni se disparó el presupuesto. En absoluto. Simplemente se hizo un parque temático que costó más». Incluso echó un capote a la defensa del empresario Vicente Conesa. «La parte de la jardinería era una parte ínfima del presupuesto del parque. La partida más ambigua, dirigida a patrocinadores, entre otros, es la que más se disparó. Hubo desviaciones en la inversión que no fueron a parar a las obras», concluyó.