El candidato socialista Andreu Verdú, que obtuvo la mayoría de votos en las pasadas elecciones, fue proclamado hoy en el pleno de investidura como nuevo alcalde con los seis votos de su grupo y tres de Ciudadanos. El resto se abstuvieron, menos el PP que votó a su candidato. Verdú se alza así con la Alcaldía en minoría, pero con los apoyos suficientes como para estar al frente de este consistorio. El único punto discordante, en una serie de discursos en los que todos buscaban el diálogo que primará ante una situación de la Coporación en la que no hay mayorías asbolutas, fue el de las palabras del alcalde saliente del grupo popular Jaime Lloret, que en su interlocución, amenazó en sendas ocasiones y de manera velada con una moción de censura si la gestión municipal no se lleva como él entiende que se debe llevar. Le recordó a Verdú que la ventaja de votos entre su formación y la socialista es de sólo 107 votos y que, por tanto "es endeble", por lo que si observan que la manera de gobernar va a la deriva aprovechará "todos los mecanismos democráticos para volver a encauzar el rumbo del Ayuntamiento vilero". Preguntado después por este diario si por esto se refería a una posible moción, Jaime Lloret no lo descartó. Una moción que ya llevaron a cabo en 2008 y que le concedió a él la Alcaldía durante siete años y medio.