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Quejas en el casco histórico de Altea

Vecinos denuncian que el BIC se degrada ante la pasividad de los políticos de la localidad

Quejas en el casco histórico de Altea

Calles llenas de mesas y sillas sin permitir el paso a los peatones, toldos colgados en las fachadas saltándose la normativa, deterioro general de la imagen del casco antiguo, voladizos y cerramientos en las azoteas de algunos restaurantes, presencia de músicos ambulantes sin permiso... Todas estas intervenciones «que incumplen las estrictas reglas que rigen para ser un BIC y, además, el Plan Especial de Reforma Interior de Altea aprobado en mayo de 1992», las denuncia la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo «ante el abuso por parte de algunos hosteleros y comerciantes, y la desidia y dejadez de los políticos y funcionarios que han hecho la vista gorda permitiéndoles saltarse las ordenanzas sin el más mínimo recato».

Desde la asociación vecinal señalaron ayer que «no estamos en contra de los hosteleros y comerciantes en general, sino contra los abusos que algunos cometen, y que políticos y funcionarios permiten a pesar de las denuncias presentadas». En este sentido indicaron que el pasado martes avisaron a las 8.30 horas a los concejales de Urbanismo en funciones, Carolina Punset (Cipal), y al concejal de Presidencia en funciones, Jesús Ballester (PP), para que supieran que un restaurante de la zona estaba cometiendo una infracción a la normativa del BIC. «El celador llegó sobre las 10, hizo una foto de la infracción y se fue. Ballester no contestó, y Punset dijo que se lo comunicáramos a Jaume Llinares (posiblemente el próximo alcalde de Altea). «Nosotros denunciamos porque nuestro casco antiguo corre peligro de degradarse irremediablemente», aseguraron.

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