Las conversaciones entre los partidos de izquierda de Altea para que el cabeza de lista de Compromís, Jaume Llinares, sea el nuevo alcalde el próximo sábado siguen su curso, aunque todavía no se han cerrado los pactos entre las tres formaciones que suman 12 concejales (Compromís, PSOE y Altea amb Trellat) frente a los 9 ediles que reúnen el PP y Cipal, el bipartito que ha estado gobernando en el actual mandato.

Si el pasado viernes, Altea amb Trellat definió su postura en una asamblea pública y abierta a la ciudadanía, donde aprobaron apoyar la investidura de Llinares como alcalde, anoche era el PSOE quien celebraba una reunión con sus militantes para analizar las pasadas elecciones municipales y hablar sobre el futuro gobierno de Altea.

La líder socialista, Verónica López, ya mostró la noche electoral su apoyo a Jaume Llinares tras perder el PSOE un concejal quedándose con 4 actas y ser Compromís la formación que consiguió duplicar, con seis ediles, el número de concejales que tuvo en 2011, mientras que el PP perdía 3 concejales pasando de 10 a 7 representantes, Cipal perdía uno y Altea amb Trellat obtenía dos.

Ayer, antes de la reunión de la militancia socialista, López volvió a expresar su «buena sintonía» con Jaume Llinares. Así y todo, recalcó que «todavía no hay nada cerrado, pero las negociaciones siguen en buena línea». En opinión de la número 1 del PSOE alteano, hay «un elevado porcentaje de posibilidades de que apoyemos la investidura de Jaume Llinares como alcalde. No queremos que haya dudas hasta el último minuto», pero también es cierto que insistió en que «nuestras propuestas de un proyecto global que marque las políticas de izquierda en el municipio se tienen que llevar a término».

Preguntada sobre si la postura del PSOE local pueda estar influenciada por la pugna Puig-Oltra, la líder socialista de Altea aseguró que «lo más importante para nosotros y Compromís es nuestro pueblo. Los pasos que se sigan en Valencia no van a condicionar nuestros acuerdos».